Una conversación informal con el presidente de la Diputación de Badajoz, Miguel Ángel Gallardo, propició el inicio de un proyecto que hoy se ha presentado en el palacio provincial. Mide 6 metros de largo por 2,5 de altura y se trata de un lienzo del artista Damián Retamar Rico (Guareña, 1960) que el pintor ha decidido titular ’40 años de municipalismo democrático’ ya que conmemora las cuatro décadas de los ayuntamientos democráticos. Podrá verse junto a la escalera de acceso al salón de plenos provincial.
“Hablando con Miguel Ángel Gallardo a raíz del cuadro que pinté para el homenaje a las víctimas del coronavirus, titulado COVIDA y que se expone en el Museo Luis de Morales de Badajoz, me propuso realizar una obra para la Diputación”. Y finalmente se optó como temática por otro homenaje, en este caso dedicado a los más de 40 años de las primeras votaciones democráticas en España.
Como ha reconocido, con este cuadro pretende “transmitir que aquel momento y con aquellas votaciones se logró la reconciliación, el perdón y acabar con las rencillas”. De ahí que una de las escenas sea un abrazo “símbolo de amor y paz, con las camisas blancas, que además son símbolo de esperanza”.
Retamar no emplea sustancias químicas ni pigmentos artificiales en sus cuadros, porque está convencido que la naturaleza es la mayor y mejor fábrica de ideas y materiales para cualquier artista. Y siguiendo los pasos de los pintores rupestres, retoma el óxido de hierro, el barro y la paja para dotar a sus obras de vida propia, la que les da el medio natural del que han salido.
La técnica empleada en esta obra es mixta sobre lienzo, con pigmento al óleo y empaste, en este caso con tierra y paja. “La tierra es especial, la misma que utilicé para el cuadro de la Covid, recogida del yacimiento tartésico del Turuñuelo, para que parte de Extremadura esté incorporada a la obra”, afirma. Como remarca, utilizar esa tierra es “también algo mágico, la misma que hace 2.500 años se usó para el yacimiento y nadie ha tocado desde entonces”.
El resultado son tres lienzos que conforman un solo cuadro en una panorámica figurativa, creada así para ser entendida sin problema por el público en general y que desea que sea una “catequesis de la democracia para todos los niños que vienen a visitar estas dependencias de la Diputación”. Explica Damián que su arte es popular, para el pueblo, “un arte social y entendible para la gente”. Además, a Retamar le gusta crear obras para espacios públicos pues supone un mejor acceso a su visualización general. En definitiva, y según indica, “para que lo pueda ver todo el mundo”.
Retamar trabaja en diferentes formatos, de grandes dimensiones o más pequeños, dependiendo de dónde vaya a mostrarse, ya sean sitios públicos o privados. Para los primeros se decanta por tamaños murales como éste, “que impresionan más y se empatiza mejor con ellos”.
Damián Retamar confiesa que le gusta trabajar para espacios públicos, instituciones, museos o fundaciones porque se presta a hacerlo en grandes dimensiones. Por ello, confiesa, cobra honorarios especiales pues, como Vela Zanetti y el mural que realizó para la ONU, uno de sus referentes, factura únicamente por los materiales más un sueldo similar al de los obreros especializados por el tiempo dedicado a esta labor.
Por su parte, el presidente de la Diputación de Badajoz, Miguel Ángel Gallardo, ha admitido que “siempre tuvimos claro cual debía ser la idea de este cuadro, pues hablar de 40 años de ayuntamientos democráticos es hablar de lo que representa la política con rostro humano”.
En este sentido, ha apuntado que se optó por contar con un autor de la tierra que, además está reconocido internacionalmente. “Aquí hay mucho talento y debemos aprovecharlo”.
En definitiva, como ha dicho Gallardo, con este cuadro se ha querido hacer un homenaje a aquellos “alcaldes y alcaldesas y concejales y concejalas que forman parte de la historia tremendamente transformadora de los Ayuntamientos democráticos y que hace cuarenta años tenían todo por hacer”. También ha reparado en el abrazo que plasma el cuadro y que “simboliza la reconciliación”.
Sus pinturas se pueden encontrar en el Museo de la Fauna Salvaje de León, en la Fundación Científica de la Asociación Española contra el Cáncer, en la Junta de Extremadura, en la Diputación de Badajoz, en la Casa de la Cultura del pueblo pacense de Guareña, donde nació, en el Ministerio de Cultura y Medio Ambiente, en la Casa Real Española, el Ayuntamiento de Gmund (Austria), el Ayuntamiento de Alcorcón o en SEO/BirdLIfe, por citar algunos de ellos. Los que se hayan alojado en algún establecimiento de la red de Paradores pueden haber visto también sus cuadros, ya se encuentran en muchos de estos alojamientos, escoltados por armaduras o adornos medievales.
Cabe destacar los grandes murales que ha pintado, uno de ellos homenaje a Luis Chamizo en Guareña, otro para el Colegio Parque de Lisboa en Alcorcón y el tercero en la Iglesia Sagrado Corazón, también en la misma localidad.
Los cuadros de Damián Retamar han sido adquiridos por colecciones particulares, como la de Alberto Alcocer o la del Archiduque de Habsburgo-Lorena y Salm-Salm, por poner dos ejemplos.
Como ilustrador de libros, sus dibujos y pinturas están entre las páginas de Las Rutas del Paisaje en España, Bagatelas Forestales, El Urogallo Cantábrico, Una Vida en 7 días, Un Encuentro con las Aves, El Viejo Notario, Brujería Étnica Africana, El Vuelo de la Libélula y la trilogía de poesías de Guareña.
Destacar igualmente sus premios, dos de ellos otorgados por la Casa de Extremadura en Getafe 2019, compartido con el poeta Manolo Romero en la categoría de Cultura, y el del grupo ProArte y Cultura como pintor muralista.
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