El nuevo año es para muchas personas un momento de referencia para comenzar un nuevo estilo de vida, en donde la salud suele ser uno de los objetivos más importantes a tener en cuenta.
Y es que el comienzo del año es un buen punto de partida para motivarnos en crear un estilo de vida saludable, pero ¿cómo comenzar? ¿realmente es tan sencillo como proponérnoslo? ¿podremos mantenerlo en el tiempo?
“Lo primero de todo para establecer la nueva lista de objetivos a cumplir, es la importancia de ser conscientes y marcarnos unos objetivos reales a corto, medio y largo plazo” comentan desde la Escuela de Nutrición Emocional.
Uno de los problemas por los que muchas veces nos cuesta seguir un estilo de vida saludable en el tiempo es porque queremos ver resultados inmediatos, pero, si no hemos conseguido nuestros propósitos por varios años, ¿qué nos hace pensar que de golpe vamos a lograrlo?
Tenemos que ser conscientes de que cambiar nuestros hábitos es un proceso que lleva tiempo y que no sucede de la noche a la mañana, por lo cual los cambios se verán reflejados en el tiempo y no de forma inmediata.
Y es que, querer lograr los propósitos en márgenes de tiempo imposibles, puede generarnos ansiedad y estrés, llevándonos a una frustración que nos frena a la hora de alcanzar nuestros objetivos.
¿Qué podemos hacer para comenzar por un buen estilo de vida este nuevo año y mantenerlo en el tiempo?
En este post quiero compartirte algunas claves para poder lograr nuestros objetivos de seguir un hábito de vida saludable de forma eficaz en el tiempo:1. Vivir en el presente: Siendo conscientes de nuestra realidad aquí y ahora, para poder vivir en confianza con nosotros mismos y así poder construir nuestro futuro. En el camino no podemos prever qué ocurrirá, por lo que hacer suposiciones e invenciones lo único que nos va a aportar es miedo, que desencadena en estrés y ansiedad.
2. Trabajar la confianza en nosotros mismos: Muchas veces se nos olvida nuestra grandeza, nuestra fuerza interior, nuestra sabiduría interna y es entonces cuando la vida se encarga de recordarte quién eres realmente, de qué eres capaz y hasta dónde puedes llegar.
Para poder comenzar a trabajar en nosotros mismos debemos enfocarnos en la solución en lugar del problema, y es así como nos damos cuenta del sentido de cada situación en nuestras vidas, y de la posibilidad de crecimiento que hay detrás.
Por ejemplo, cuando llevamos años luchando con nuestro peso, muchas veces nos miramos con rencor y rechazo…Nos machacamos constantemente por nuestro cuerpo y por no ser capaces de cambiar y conseguir el cuerpo que deseamos.
En cambio, si miramos nuestro peso como una señal de algo que tienes que sanar, como por ejemplo nuestra relación con la comida, comenzamos con un proceso de conocimiento, de reencuentro con nosotros mismos y de poder de cambio hacia un peso saludable.
Para esto es necesario pararnos a pensar, tomar consciencia sobre nosotros y qué podemos hacer para estar bien.
3. Seguir un hábito alimentario saludable: A veces creemos que necesitamos grandes cambios, pero recordemos que son las pequeñas acciones diarias las que marcan la diferencia, por ejemplo:
¿Qué desayunaste hoy? Si aún no comes pan integral, el cambiar el pan blanco por uno de cereales ya es un avance.
¿Qué comiste hoy? Quizás, si no has comido verduras, el agregar una ensalada ya estás haciendo una gran mejora.
Cuándo sentiste la necesidad de algo dulce, ¿qué comiste? El aprender a hacer nuestros postres favoritos en versión sana y nutritiva, en lugar de dejar de comer lo que nos gusta, es otro gran paso. Y así, pequeñas acciones que irán dejando la culpa atrás y ayudarán a sentirnos empoderados con nuestras decisiones alimentarias.
No somos culpables por comer con ansiedad, pero si tenemos el poder para buscar nuevas alternativas para relacionarnos de manera más sana con la comida y darle a nuestro cuerpo los nutrientes que necesita.
4. Realizar actividades que disfrutemos: Realizar actividades que nos hagan disfrutar favorece la liberación de la Serotonina, conocida como la “hormona de la felicidad”. Esta activa nuestro metabolismo, favoreciendo la quema de grasa y el desarrollo del músculo. En cambio, si no disfrutamos, no conseguiremos mantener esa actividad en el tiempo ni activar el metabolismo de nuestro cuerpo de la mejor forma posible. Buscar actividades que nos hagan sentir plenos también aporta una sensación de felicidad y motivación sirven para recordar lo que uno vale y es capaz de hacer.
5. Utilizar el lenguaje positivo: Y es que cuando utilizamos mensajes desde el amor, somos capaces de conseguir nuestros objetivos, dado que con mensajes positivos nuestro cerebro se siente cómodo y no se pone limitaciones. En cambio, cuando nos hablamos desde la restricción, nos estamos poniendo una barrera que nos produce estrés, y nos hace estar en constante lucha con nosotros mismos, dificultando las posibilidades de lograr nuestra meta.
Estos son algunos ejercicios que puedes poner en práctica para comenzar a mejorar la comunicación con uno mismo:
Dedica tiempo a quererte: dirigirnos unas palabras bonitas todos los días, ayudan a fortalecer el amor propio
Practica la meditación: para conectar contigo misma en todos los sentidos
Rodéate de personas que sumen a tu vida
Agradece todos los días: Cuando das gracias por todo lo que tienes, por todo lo bueno que te pasa, por tener vida, salud, compañía, entre muchas otras cosas, estás poniendo el foco en lo positivo, es decir, estás enfocando nuestra mente en la abundancia.
6. Céntrate en tu respiración: Si te tomas 10 minutos al día concentrarte en tu respiración, inspirando y exhalando lentamente, tendrás una mayor oxigenación y estado de calma, aumentarás la conexión entre las neuronas, mejorando así tu inteligencia, concentración y poder de decisión.
7.Duerme 8 horas al día: Está demostrado científicamente que durmiendo más o menos horas se relaciona directamente con el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, con niveles más bajos de energía y de depresión.
8. Entender que somos mucho más que un peso: Somos personas integrales, y el peso no nos define, por eso para trabajar por nuestra salud no solo hay que tener en cuenta nuestro físico, sino que velar también por nuestro bienestar a nivel espiritual, emocional y mental. Somos seres complejos, y tenemos que aceptarnos, querernos y cuidarnos en todos los niveles para poder ser felices. Desde la Nutrición Emocional trabajamos todos los campos para alcanzar una salud integra.
Y es que seguir un estilo de vida saludable es más sencillo si somos realistas y aceptamos que los cambios no suceden repentinamente, sino que son consecuencia de un proceso a lo largo del tiempo.
Tenemos el poder y la capacidad de cambiar, solo necesitamos la información necesaria para hacerlo.
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