La consejera de Cultura, Turismo, Jóvenes y Deportes, Victoria Bazaga, ha presentado el facsímil de ‘Praecationes Biblicae’, uno de los diez libros hallados en la Biblioteca de Barcarrota que constituye “uno de los tesoros de nuestro patrimonio bibliográfico” y cuya publicación se enmarca en las iniciativas del 40º aniversario de la Editora Regional de Extremadura.
Con la edición de este “octavo facsímil de la Biblioteca de Barcarrota, damos un paso más en la culminación de un proyecto que tiene como objetivo poner al alcance de todos los extremeños y de los amantes de la cultura, las joyas bibliográficas que componen esta singular colección” ha señalado la consejera durante la presentación a la que también han asistido el director de la Editora Regional, Antonio Girol, y el catedrático de Filología Clásica, César Chaparro.
Victoria Bazaga ha subrayado la relevancia de la Biblioteca de Barcarrota, descubierta de forma fortuita en 1992 durante unas obras en una vivienda de esta localidad, descubrimiento que marcó un antes y un después en la cultura y el patrimonio bibliográfico de Extremadura y “que hoy representa un tesoro de incalculable valor para nuestro patrimonio bibliográfico”.
El valor de ‘Praecationes Biblicae’ reside en su contenido, un compendio de plegarias y oraciones bíblicas en hebreo, griego y latín impreso en Lyon en 1528, pero también en lo que representa: una pieza clave de una biblioteca que, a lo largo de los siglos, fue ocultada por su carácter clandestino, y que ahora, gracias a esta iniciativa, se puede redescubrir.
‘Praecationes Biblicae’ ofrece una ventana al complejo mundo intelectual y religioso de una época donde la censura y la clandestinidad marcaron el devenir de las ideas.
Tanto la impresión del facsímil como la creación de su caja-estuche han sido realizadas por profesionales de la región, “lo que pone de manifiesto nuestro compromiso con la industria local y con el talento que tenemos en Extremadura” ha destacado la consejera quien ha reafirmado la apuesta del Ejecutivo por la conservación del patrimonio cultural extremeño y, sobre todo, por hacerlo accesible.
El catedrático de Filología Clásica, César Chaparro, ha sido el encargado de traducir, contextualizar y ofrecer una lectura comprensible de esta obra al público general, enriqueciendo su valor didáctico y divulgativo.
Chaparro ha detallado que ‘Praecationes Biblicae’ contiene un conjunto de oraciones y plegarias extraídas de La Biblia que están dedicadas a la juventud. Entre ellas, el ‘Padre Nuestro’ y el ‘Ave María’, los siete Salmos penitenciales, oraciones extraídas de los profetas y otras piezas como ‘Los Diez Mandamientos’ así como seis plegarias sacadas de libros lutero-canónicos.
“Un librito interesantísimo que se engloba en el siglo XVI, tan importante por la Reforma Luterana”, ha explicado Chaparro, para quien la particularidad formal de este documento es que consta de cuatro columnas con textos en griego, latín, hebreo y la versión latina del traductor Sanctes Pagnino quien tradujo La Biblia al latín desde las fuentes hebreas.
Precisamente en esta versión latina, es en la que se ha basado Chaparro para elaborar el estudio y es donde, defiende, radica la importancia de este documento, dado que se trató de una traducción muy examinada por la Inquisición y utilizada tanto por católicos como por luteranos, por lo que probablemente “ese sea uno de los motivos por los que este libro se mantuvo oculto” ha asegurado el catedrático.
Se editarán 140 ejemplares del facsímil, y 300 del estudio, que serán distribuidos por la Editorial Ediciones Zeta en librerías.
Cabe recordar que la conocida como Biblioteca de Barcarrota la componen diez libros y un manuscrito, de los cuales 8 se han publicado en facsímil, y según ha aseverado el director de la Editora Regional, Antonio Girol, la idea es continuar con la traducción y publicación de las obras restantes.
El hallazgo de esta biblioteca ha despertado el interés de instituciones culturales de ámbito nacional e internacional, entre ellas, la Biblioteca Nacional, que recientemente ha organizado una exposición titulada ‘Malos libros: la censura en la España moderna’, en la que la Comunidad Autónoma tuvo un papel destacado, demostrando una vez más el peso cultural que atesora Extremadura.
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