CCOO de Extremadura, en el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, advierte que, pese a la evolución positiva de la economía en general, las cifras de pobreza y de riesgo de exclusión social siguen siendo alarmantes en nuestra región y por ello es preciso reforzar la protección social y mejorar salarios y pensiones.

Medidas como la reforma laboral, el incremento del Salario Mínimo o la revalorización de las pensiones han contribuido indudablemente a mejorar en general la situación de la población extremeña, pero una buena parte se mantiene en condiciones de vida muy complicadas.

Si bien es cierto que los indicadores de pobreza y exclusión social se están reduciendo en Extremadura, gracias a este conjunto de medidas adoptadas en el ámbito estatal, también hay que poner de manifiesto que estos datos siguen siendo muy preocupantes y esto solo se soluciona con políticas públicas de marcado carácter social.

Por eso, hay que mantener la senda de incrementar el salario mínimo, mejorar las pensiones, especialmente las de menor cuantía, y seguir acordando subidas salariales en las empresas, porque es de justicia que estas repartan los beneficios exponenciales que están obteniendo desde el final de la pandemia.

Pero también hay que reforzar la red de protección social. El Ingreso Mínimo Vital (IMV) da cobertura a 23.921 hogares en la región, en los que conviven 72.108 personas, pero es necesario que la Junta de Extremadura retome la apuesta por la Renta Extremeña Garantizada, cuyo presupuesto se vio reducido el año pasado, para que cubra a aquellas personas que no pueden acceder al IMV.

Además, hay que garantizar unos servicios públicos básicos, gratuitos y de gestión directa, que favorezcan la cohesión social, como son la educación, la sanidad, la atención a la dependencia y la discapacidad.

Es urgente resolver el problema de la vivienda, que ahoga la economía de muchos hogares. La Junta de Extremadura tiene que ampliar el parque público de viviendas de alquiler e intervenir sobre las zonas tensionadas, especialmente en las ciudades más grandes de la región.

Asimismo, es importante revalorizar el IPREM (Indicador Público de Referencia de Efectos Múltiples) hasta recuperar el poder de compra que perdió durante la etapa de recortes sociales, que fue de un 17 por ciento de pérdida acumulada en 2024. Hay que recordar que el IPREM es la referencia que se utiliza para establecer las cuantías de los subsidios de desempleo y otras ayudas sociales.

Analizando la desigualdad de ingresos, esta es menor en Extremadura que en España. Sin embargo, hay que poner el foco en las cifras de pobreza y exclusión social, que lejos de reducirse, se cronifican e incluso se incrementan, condenando a muchos hogares y a muchos menores a situaciones de verdadera carencia material de medios básicos.

El umbral de riesgo de pobreza se fija en el 60 por ciento de la mediana de los ingresos por unidad de consumo de las personas. Según la última Encuesta de Condiciones de Vida del INE, en 2023 el umbral de riesgo de pobreza para los hogares de una persona se situó en 8.988,68 euros en Extremadura y la tasa de riesgo de pobreza se redujo 2,4 puntos, situándose en el 27,6 por ciento.

Los hogares extremeños con carencia material y social severa disminuyeron desde el 9,7 por ciento en 2022 hasta el 8 por ciento en 2023, aunque el 42,2 por ciento de los hogares extremeños no tiene capacidad para afrontar gastos imprevistos y el 40,1 por ciento no pueden permitirse ir de vacaciones al menos una semana al año.

Por tanto, la mejora económica y laboral está contribuyendo en nuestra región a reducir los indicadores de pobreza y desigualdad, pero todavía queda mucho camino por recorrer y hay que persistir en las medidas de carácter social que se han ido adoptando.

La fase inflacionista que hemos sufrido estos años ha sido un duro golpe para la clase trabajadora, mientras que las empresas han aprovechado para aumentar sus márgenes a niveles de récord. Más allá de los importantes paquetes económicos y medidas sociales impulsadas desde el Gobierno Central para dar apoyo a los hogares por el aumento de los precios, es necesario que las empresas repartan estos beneficios a través del incremento de los salarios y de la mejora de las condiciones laborales.