Con todo esto de dar premios a diestro y siniestro parece que se ha perdido el norte. No hay sentido común y el ser humano ha perdido su esencia. O bien parece que hay intereses políticos y económicos, que a fin de cuentas es lo mismo. Porque dar premios nobeles de la paz a gente que no ha arriesgado su vida por ello no es de recibo. A personas que lo que han hecho, o bien tenían frentes de guerra abiertas y
se les da ese premio ¿de qué vamos?

A una persona que promovía la insurrección contra un estado que puede ser corrupto pero no son las formas. Dar ese premio es realizar una confrontación directa con Venezuela. Venezuela y latinoamérica necesita puentes, reconciliación, diálogo, no choques.

Este premio nobel parece más un arma política que abandera Estados Unidos y que busca debilitar a los países que tienen lazos con Venezuela como China, Rusia y demás. Este mundo está claramente por explotar e irá desapareciendo poco a poco.

¿Por qué no le dan ese premio a tantos y tantos activistas que en pro de la no violencia trabajan a diario en los campos de refugiados o a organizaciones humanitarias que tanto bien hacen por el ajeno ?

El comité Noruego es un brazo de otro, es un aparato disfrazado de justicia de otros intereses y por fin les llegó la hora de ver de verdad quienes son.

Jesús Antonio Fernández Olmedo