Hasta el 2 de septiembre puede contemplarse en la sala Vaquero Poblador de la Diputación de Badajoz la exposición “A pie de calle” del fotógrafo Santiago Rodríguez, retrospectiva de su trabajo, periodístico y también inédito, que dedica a su mujer e hijas.

Inaugurada ayer en la sala Vaquero Poblador de la Diputación de Badajoz, la muestra -compuesta por 70 fotografías- se acompaña de más de 200 en un pase televisado y códigos QR que remite al soporte en papel donde fue publicada, ya sean los diarios Hoy y Extremadura o la revista Nuevo Guadiana.

Escribe el coordinador de la muestra, Martín Carrasco, que hablar de Santiago Rodríguez (Peligros, Granada, 1959) es hablar de “A pie de calle”, una exposición en la que “hemos seleccionado 70 fotografías de un total de 900 correspondientes al periodo 1987-1997, década en la que Santiago trabajó como reportero gráfico para los periódicos HOY y Extremadura”.

Carrasco añade que en “A pie de calle” se quiere ofrecer una imagen lo más completa de su trabajo. “Para ello, más allá del hecho noticiable –siempre múltiple y diverso-, nos interesaba poner de relieve el dominio de Santiago en su tratamiento, ya sea desde el reportaje, la secuencia, la instantánea individual o de grupo, e incluso, parafraseando a Bresson, más de un instante decisivo”.

En este sentido, “A pie de calle” no deja de ser un relato visual de la ciudad de Badajoz, un relato que nos lleva a una época concreta- finales de los 80 y buena parte de los 90-, en la que los reporteros de prensa, como Santiago Rodríguez, se constituyen en auténticos “portavoces visuales” de la misma, precisa el comisario. “Es entonces, como digo, cuando la fotografía se transforma en documento y, por ende, en memoria”, sostiene.

En aquellos tiempos remotos, recuerda la periodista Mercedes Barrado, los fotógrafos volvían de su jornada de trabajo y se metían en el laboratorio, un cuarto oscuro generalmente poco más grande que un armario donde una luz roja, que apenas servía para no tropezar, desvelaba sus maniobras de magia oscura y solitaria. Por eso y para eso esta exposición “hace revivir con fuerza nuestro pasado común y advierte de que el futuro tampoco podrá hurtarse a los fotógrafos que perseveran”.

Cristina Núñez, diputada de Cultura de la institución provincial, se refirió en las palabras inaugurales dirigidas al público que abarrotó la sala “al arte de escribir con luz y hacerlo, además, con la luz de la sensibilidad, del respeto y de la verdad por delante”. El resultado, precisó, “lo apreciamos en esta muestra que apela con exactitud a nuestra memoria colectiva que nos representa como éramos, o quizás tal como somos, sin distancias ni equidistancias, al contrario, con la cercanía y la conciencia ética y profesional de quien es consciente de que tanto tras la cámara como delante de ella hay, en todo caso, personas”.

Santiago Rodríguez es el ojo que trasladó al mundo la tragedia del Chiado (1988), la primera Caravana por la Paz en el Sáhara (1966), la riada de Badajoz (1997), refugiados bosnios acogidos por familias extremeñas (1992), ocio en las aguas y orillas del río Guadiana en la década de los ochenta, testimonios de grandes de la música y el arte como Camarón, Sting, Toto Estirado, Wostell, Alejandro Sanz….O poetas de la talla de Pacheco y Valhondo, sin olvidar a personalidades políticas (Suárez, Anguita, Aznar, Soares…),  los rincones de la droga y la prostitución…el testimonio de un pasado que se nos devuelve en blanco y negro y color.

“A pie de calle” es “una caja de sorpresas”. Así lo define el presidente de la Diputación, Miguel Ángel Gallardo, glosando la muestra como una década que nos sitúa en la Extremadura de finales del siglo XX y nos muestra a un fotógrafo, a un reportero de la tierra, de sus gentes, de sus políticos, deportistas, militares, imágenes costumbristas y habitantes de la calle en su acontecer diario.

Memoria analógica
“A pie de calle” es fotografía. Pura y dura. Analógica. Es fotoperiodismo de una época y de tantas historias como realidades desnudas. “A pie de calle” es Badajoz y El Chiado, Sting o Soares, según dictara la actualidad. Evoca, con o sin nostalgia. Y provoca. Mucho. La memoria bulle al verlas. A los más jóvenes les descubre lo que fue la imagen de finales del siglo veinte a este lado del mapa, afortunadamente retratada para la historia y la prensa. Pero no solo testimonia. Porque “A pie de calle” es, sobre todo, buena fotografía, de esa que da placer contemplar por muy duro el reflejo. “A pie de calle” la firma un fotógrafo por vocación, de toda la vida. Le decimos Santi y es granaíno de Badajoz. Conserva el acento de su Granada natal, su bigote detodalavida y un magnífico carácter. “A pie de calle” es también y sin duda su familia. Y sobre todo es el trabajo de un avezado profesional. A pie de calle es su autor, Santiago Rodríguez Casado.