Miles de visitantes acudieron a la 25 edición de la Feria del Toro de Olivenza. El acto de apertura se celebró en un escenario singular y novedoso como es la recreación de la plaza de toros de Olivenza ubicada en la carpa exposiciones que se encontraba instalada en el recinto ferial de la localidad.

El presentador del programa ‘Toros para todos’ de Canal Sur, Enrique Romero, resaltó, en su segundo pregón consecutivo en la feria, el potencial taurino de la misma en la que tiene lugar el inicio de la temporada taurina con las principales figuras del toreo y jóvenes promesas, los novilleros.

Por su parte, el alcalde de Olivenza, Bernardino Píriz, explicó que estas bodas de plata de la Feria del Toro de Olivenza suponen el reconocimiento al esfuerzo y tesón de “mucha gente” como son los empresarios, la propiedad, los trabajadores del Ayuntamiento, entre otros.

Inaugurada la feria, las autoridades presentes visitaron el centenar de expositores que este año participaron en la festividad, ofreciendo productos relacionados con el mundo del toro así como de carácter local. El presidente del Parlamento de Extremadura, Fernando Manzano, el consejero de Agricultura Extremeño, José Antonio Echávarri, el presidente de la Diputación Provincial de Badajoz, Valentín Cortés y el novillero Ginés Marín, también se dieron cita en la apertura.

Por otro lado, en esta edición cerca de 4.000 escolares, llegados de distintos puntos de la región, pudieron ser testigos de la exhibición taurina que el diestro extremeño y afincado en Olivenza, Alejandro Talavante, realizó en la plaza de toros de la ciudad con motivo del 25 aniversario de la Feria del Toro. El espectáculo estuvo dirigido por segundo año consecutivo por Enrique Romero. El público asistió a la lidia de dos vacas de la ganadería de Alejandro Talavante, quién estuvo acompañado en el tentadero por varios alumnos del Patronato de Tauromaquia de la Diputación Provincial de Badajoz.

El matador de toros y los chicos de la escuela taurina pacense impresionaron a los pequeños con puertas a gayola, pases de capote y acertadas banderillas ante un lote algo sumiso en el albero. Al final de la clase práctica, una marea de camisetas blanca con el nombre de Talavante, que se repartieron al inicio de la cita, se concentraron en el ruedo para llevarse un recuerdo del diestro, su firma y fotografía.