Ingredientes:

  • 300 gramos de arroz
  • 250 gramos de queso parmesano
  • 100 gramos de mantequilla
  • Una cebolla mediana
  • Un litro de caldo de pollo o verduras
  • 100 ml de vino blanco
  • Pimienta negra molida
  • Nuez moscada
  • Sal
  • Aceite de oliva virgen.

Elaboración:

Primero, se pelan y se pican los ajos en láminas y la cebolla bien fina, en trozos lo más pequeños que podamos.

Una vez que tengamos picados estos dos ingredientes, los vamos a poner a sofreír en una sartén de buen tamaño con un chorreón de aceite de oliva virgen a fuego medio para que se vayan pochando y dorando, agregamos un poco de sal y removemos de vez en cuando para cocinarlo todo bien.

Cuando esté la cebolla pochada, añadimos el vino blanco y mantenemos a fuego medio-fuerte hasta que se haya evaporado todo el alcohol del mismo. Después, volvemos a poner a fuego medio, echamos el arroz y lo vamos a rehogar durante dos o tres minutos, removiendo para que no se pegue y vaya tomando los sabores. A continuación, agregamos un par de cazos del caldo, que habremos calentado en una olla pequeña, y dejamos a fuego medio-suave para que el arroz lo vaya consumiendo poco a poco. Una vez consumido, añadimos otros dos cazos y volvemos a esperar para volver a echar de nuevo la misma cantidad, repitiendo el proceso hasta acabar con el litro de caldo. En ese momento, el arroz debe estar bien hecho muy tierno y un tanto cremoso.

Apartamos el arroz del fuego y salpimentamos al gusto, agregamos la mantequilla y removemos para mezclar bien con el arroz. Por último, agregamos el queso parmesano rallado y de nuevo removemos para mezclarlo y que se forme una composición cremosa.