Que desde 1970 se escuche el flamenco más cabal en plena calle Ramblas de Barcelona, desde el ‘Tablao Flamenco Cordobés’, nos da entender que a veces, lo que se pretende, e incluso se impone desde la política cultural (que existe) y la propia realidad de la historia, no transita por el mismo camino. Muy a pesar de algunos, y para sorpresa de todos. El flamenco que ha sobrevivido luchando, a lo largo de siglos, entre el hermetismo, la ortodoxia, la heterodoxia, la fusión, la confusión, y finalmente, saliendo airoso gracias a las genialidades y por qué no decirlo, al sentido común, está hecho, como se diría ahora, de ‘otra pasta’. De ‘otra pasta’ como nuestra protagonista, María Rosa Pérez Casares (París, 1961), CEO en este Tablao ortodoxo que sigue disfrutando, desde sus inicios, de una salud de hierro ‘pese a las dificultades’, y por el que hace solo unos días se ‘han peleao’ con el baile, la fuerza de Los Farrucos y el misterio granadino de Los Amaya. ¡Ahí es nada! En ese centro neurálgico de la ciudad, mezcla cosmopolita de cultura, ocio, gastronomía tradicional, mercados y todos tipos de tiendas, hablamos con Maria Rosa, y nos adentramos en un lugar en el que al flamenco se le sigue hablando de usted, y se sigue grabando con letras mayúsculas. ‘Por aquí han pasado el 90% de los artistas importantes de flamenco. Si ha pasado Camarón dos veces, es decir, Dios, ya está todo dicho’.

Todo dicho, y todo lo que queda por escribir… ¿Cuáles son los retos?

Buenos, ahora nos estamos preparando para celebrar en el 2020 nuestro 50º Aniversario. Tenemos proyectos muy interesantes, porque nos gustaría contar con artistas muy importantes, y como imaginará tienen una agenda muy apretada, ¡y no! (se ríe) ¡no le puedo adelantar nada hasta que no esté cerrado…!

Nació en París, de padre guitarrista y madre bailaora, ¿cómo es que no está usted encima del escenario?

(Se vuelve a reír) Yo he sido bailaora, pero ahora, ¡ya no bailo! Nosotros tenemos el Tablao, prácticamente, desde que se abrió. Un primer empresario se lo alquiló a Joan Gaspar (el que fuera presidente del FC.Barcelona) y éste contrató un ‘bailecito’ que llevaban mis padres, mi padre Luis Adame, guitarrista, y mi madre, Irene Alba. Estuvieron contratados alrededor de un año, hasta que finalmente les propuso dirigirlo porque él no tenía mucha idea de flamenco…, ¡y ahí empezó la historia!

¿Y cómo se ve un negocio después de haber sido artista?

Nosotros vemos el negocio como artistas, precisamente ahí radica el éxito. Creo que somos reconocidos por la calidad de los espectáculos, que son lo más alto de lo que puede ser un local de espectáculos. Los artistas más reconocidos han pasado y seguirán pasando mientras estemos nosotros. La gente nos dice, al estar en las Ramblas: ¡no hace falta que os gastéis ese dineral como os gastáis, pones cualquier cosa y ganaríais más dinero…! Pero no…

Camarón, La Susi, Fernanda y Bernarda de Utrera…, ¿cómo recuerda toda esa pasarela de primeras figuras?

Bueno, ¡pues ahí se nota que somos artistas! A nosotros nos gusta tener lo mejor, lo que nos gusta, y lo que nos gusta a nosotros es lo que queremos tener en el escenario. Yo creo que ese es el secreto de nuestro éxito: somos empresarios pero también somos amantes del flamenco. La mayoría de los empresarios del flamenco suelen tener un desconocimiento bastante amplio del flamenco y esto, no creo que sea un producto que se pueda gestionar fácilmente sin conocerlo.

Y sus padres que son un poco más mayores, ¿cómo ven el negocio ahora?, ¿esa relación del público con los artistas?

Aquí en Barcelona es un poco diferente del resto de España. En los años 70 había mucho público local, había una Barcelona de noche muy activa, y venían hasta del sur de Francia a ver nuestros espectáculos…, los flamencos también vivían la vida de otra manera. Desgraciadamente aquí en Barcelona, el público local está más apartado. Hay aficionados, pero realmente les cuesta…, en cambio el turismo lo aprecia, viene más informado. Nos da mucha pena que esta gran calidad que tenemos, no la disfruten los barceloneses con más asiduidad.

Porque se politiza hasta la cultura, ¿no?

¡Ufff!, sí, mucho, mucho. El flamenco está en Cataluña desde hace dos siglos, no se pude decir que no forme parte de la cultura catalana porque sería absolutamente erróneo. La historia del flamenco y el actual, está lleno de artistas catalanes de primera línea: desde Miguel Poveda y Mayte Martín hasta Jesús Carmona en el baile, guitarristas, ¡hay infinidad de ellos!.., hay unos artistas catalanes de muchísima calidad y les ignoran, les ignoran. Esa es la realidad. El flamenco, aunque está valorado porque hay un buen nivel cultural en los círculos intelectuales, a nivel popular existe mucho desconocimiento y esto, lleva a la ignorancia.

¿Qué echan de menos?

Echamos de menos un reconocimiento al trabajo cultural tras 50 años trayendo a los mejores artistas, y como referente por todo el mundo…, en cualquier otra ciudad estaríamos muy reconocidos y aquí la verdad es que cuesta, cuesta…

Bueno, pues para los que sí os reconocemos…, cuéntenos que podrán ver los aficionados que se acerquen al Tablao Cordobés de Barcelona este verano…

En julio al baile vamos a contar con Jesús Carmona, mire, como hablábamos, catalán ademas. Paloma Fantova (descubierta por el mismísimo Camarón de la Isla), Lucía Campillo, Yiyo y Sara Barrero, ambos catalanes también. El primero, una de las promesas del baile que está dando más que hablar, y Sara, que ya ha recorrido festivales como el Festival Flamenco en Tokio, Festival de Jazz en Praga, o el Flamenco Festival en EEUU, entre otros. Al toque: David Cerreduela, Eugenio Santiago, Tuto y al cante: Antonio Fernández, “El Coco”, Antonio Campos “Bocaíllo”, Mara Rey. Como verá, la programación es un lujo…, al igual que la de agosto en la que tendremos al baile a Juan de Juan, José de Maya, Karime Amaya, Sara Barrero, Yiyo Fernández. Al toque: David Cerreduela, Israel Cerreduela, Eugenio Santiago y al cante: El Quini de Jerez, Manuel de la Nina, Antonio Campos Muñoz, y María del Mar Fernández

¿Qué importancia tiene la gastronomía en el Tablao?

¡Es fundamental! Por regla general cuando se va a un espectáculo la cena es un poco pobre, la verdad, eso pasa mucho, pero nosotros ese cliché lo combatimos totalmente. Tenemos a nuestro Chef, Jordi Narro que ha trabajado en ‘El Celler de Can Roca’ y ha estado con Ferrán Adriá, así que, ¡imagínese! Es una cocina acorde con el espectáculo. Totalmente tradicional, casera y de una alta calidad.

El jamón será extremeño, ¿verdad?

(Se vuelve a reír) ¡Venid, y comprobarlo!

Foto portada: María Rosa Pérez Casares y Luis Pérez Adame

Palop Flamenco