El 29 de enero se celebró , en la sala de conferencias del Centro Cultural “Gómez – Sara” de Fuente del Maestre, una charla – coloquio del historiador Joaquín Pascual Rodríguez, a partir de su libro  “Las Antiguas Ordenanzas Municipales del Concejo de Fuente del Maestre” , editado en el 2015.

Dirigida tanto al Club de Lectura “José María Padín”, que coordina J. Carlos Arévalo, como al público en general, el objetivo fue mostrar el panorama político, social, económico y hasta medioambiental que existía en La Fuente, a la luz de dichas ordenanzas.

“Estamos ante el documento más importante de la historiografía de Fuente del Maestre, ya que del mismo se desprende cómo era y se vivía en La Fuente en el S. XVI , e incluso hasta el XVIII “, expuso de forma rotunda J. Pascual.

“ Un documento público que se encuentra en el Centro de Estudios Extremeños, y que a mí me llega en forma de fotocopia; pero un dato curioso es que el que hay en dicho centro también es una copia de 1.729, puesto que el original estaba muy deteriorado. Conseguir una copia digital es lo que me permitió realizar una transcripción buena del contenido, e investigar otros aspectos fascinantes como el de las figuraciones que aparecen en mismo, todas cargadas de simbolismo y de guiños a la censura de la época”.

Con la pasión y el rigor a la hora de ofrecer multitud de datos que le caracteriza,  Pascual Rodríguez se adentró en todos los aspectos que pueden desprenderse del estudio de las citadas ordenanzas.

Y una de las primeras cosas que llaman la atención es que Fuente de Maestre contaba con una población bastante importante “y un nivel económico medio – alto”: “   Prueba de ello es que se reestructuran las obras de la iglesia principal, y se reforman otras. También se rehace la fuente del corro. Es un pueblo en franca expansión, sin duda. Y lo es porque, mientras el entorno se basaba en una economía agraria de monocultivo de cereales, en La Fuente, desde épocas ancestrales, se cuenta con la triada mediterránea; esto es, el olivo, la vid y los cereales.  Son tres cosechas, con sus excedentes que se exportan. En la novela de Pérez Reverte El Oro del Rey, sus personajes conversan en Sevilla mientras beben el afamado vino procedente de Fuente del Maestre”.

Además, como expuso el historiador fontanés, no sólo se cuenta con un sector agrícola y ganadero, sino con otros que aparecen de forma más suscinta en el texto investigado: “En La Fuente hay minas de hierro en la Sierra de La Peña, y minas de cobre en al Sierra del Águila. Y hay destilerías, industrias para elaborar los pellejos de vino y aceite que se transportaban en recuas de caballería, o industrias del paño”.

En cuanto al orden social establecido, comentó: “como todos viven y comen, no existe confrontación social: Tenemos a los señores, a los agricultores que son propietarios y a yunteros y jornaleros.  Los yunteros trabajaban en las tres dehesas del ayuntamiento o en las dos grandes fincas comunales que existían. También hubo esclavos, que los señores compraban en lo que hoy es la feria de Zafra, además de mucho clero, moriscos y judíos conversos.”

Sobre el panorama político que se desprende, explicó que “ es similar al de las poblaciones de la provincia de Léon , pertenecientes a la Orden de Santiago. Desde el medievo, desde lo inicios de esa mal llamada re – conquista, se instala en el pueblo una oligarquía ligada a esa Orden, que lo va a dominar todo y durante mucho tiempo.”

Y prosigue: “ Pero eso de que repoblaran La Fuente es un falso mito porque de aquí no se va nadie. La Fuente no se vacía, y durante siglos siguen conviviendo cristianos, judíos, musulmanes … Es cierto que  llegaron contingentes : Los “ Bolaños “, los “ Zambrano “, los “Guerrero” … Eran hidalgos, muchos vinieron ya al final del proceso, con Fernando III, y lo hicieron para ocupar los cargos de la administración concejil, algo que perduró hasta el XIX”.

Joaquín P. destacó cómo en las ordenanzas se castigaba, y de forma dura, los atentados contra el medioambiente. Y cómo, según sostuvo “ la estructura política y administrativa era mucho más democrática que la actual” : “ Los cargos concejiles se repartían entre nobles y pecheros, pero las sesiones del Concejo abierto se hacían en público, al toque de campana tañida, y las decisiones no se aprobaban si no las ratificaba el pueblo”.

Al final del evento,  regaló y firmó ejemplares del libro citado a los asistentes.