Si algo caracteriza a la narración oral es la cercanía, el contar mirando a los ojos de los que escuchan. Ahora esto no es posible, pero aun así los bibliotecarios no cejan en su empeño y siguen contando cuentos. Seguro que han aprendido mucho de los diferentes narradores nacionales e internacionales que han pasado por sus bibliotecas a lo largo de todos los años que llevan en marcha los Planes de Fomento de la Lectura “Un libro es un amigo” y “Caminos de tinta y papel” de la Diputación de Badajoz.

En estos momentos, con gran valentía, se han lanzado al ruedo del formato virtual porque saben que en alguna casa, de su pueblo o de cualquier parte del mundo, habrá alguien, niño o adulto, que disfrutará al verlos y oírlos gracias a los vídeos que están colgando en sus redes sociales. Cuentan, además, con la ayuda de sus propios hijos o de sus lectores porque las bibliotecas ahora están en los salones de nuestras casas.

Precisamente, el 20 de marzo se celebró el Día Mundial de la Narración Oral y fue ese día cuando el bibliotecario de la Biblioteca de Montijo abrió esta fórmula de cuentacuentos mirando al mundo. (https://bit.ly/39r1OcZ)

Por su parte, el bibliotecario de la Biblioteca de Barcarrota ha puesto en marcha la serie “Cuentacuentos de pan y pimiento pero en casa”. Lee y cuenta acompañado de sus hijos pequeños y el 30 de marzo ya iba por el vídeo número 11. (https://youtu.be/j5MlrEyshUY).

También la bibliotecaria de la Biblioteca de Arroyo de San Serván cuenta historias desde su casa acompañada de su hija. (https://bit.ly/39w9xGE)

Desde la Biblioteca de Llerena nos llega otra serie: “Cuentacuentos Yo me quedo en casa” en la que, como señalan en su Facebook, participan “cuenteras voluntarias”: (https://bit.ly/2xBsnz0)

La responsable de la Biblioteca de Calamonte va un paso más y, además de contar, hace manualidades sobre la historia contada. Ha llamado a su serie “Cuentos y Manualicuentos”. (https://bit.ly/2UujrEv)

Las bibliotecas pueden y deben seguir contando cuentos y celebrando fechas como la del 2 de abril, Día Internacional del Libro Infantil y Juvenil.

Las historias son bálsamos en estos momentos en que solo podemos mirarnos a través de las pantallas.