Superar el día a día, ser mamá y estar enferma no ha sido un obstáculo para vivir

Vanessa Nueda, procedente de Girona,“súper mamá” de gemelos y casada con su “otra mitad”.

Ella misma se define como una persona organizada, llena de planes, a pesar de que a sus treinta y cinco años todos sus propósitos se vieron interrumpidos por una enfermedad llamada cáncer de mama. Este paréntesis en la vida de Vanessa dio inicio a la apertura de un blog llamado “El crep de mi vida” que ha ido de su mano durante toda esta larga trayectoria.En el primer contacto con Vanessa, a través de la pantalla del ordenador, le comento que hasta que no vemos que nuestra vida corre peligro, no valoramos otros aspectos  más relevantes.

Ella, asintiendo con la cabeza y con gesto serio pero a la vez nervioso, me responde que “una enfermedad pasa del todo al nada en cuestión de micro-segundos.” Acto seguido y sin preguntar nada -Vanessa explica cómo fue el duro momento en el que recibe la noticia- antes de cruzar la puerta de la consulta en la que le dan el diagnóstico pensaba que era una “tía sana” y al momento se da cuenta que “ la palabra muerte va enganchada a su ser”. Con un rostro alegre afirma que “la vida jamás vuelve a ser igual”, que cuando pasas la enfermedad “el nuevo yo está tan agradecido, que incluso valoras la cotidianidad.” Vanessa, gesticulando, pero con serenidad explica que: una vez que asimilas la enfermedad, la vida se reorganiza, no cambias como persona, pero tu vida se reordena de forma correcta como debería estar.

Un mes antes de la Navidad de 2014, Vanessa realiza todas las compras para las fechas que se aproximan. Antes de saber que padecía cáncer, se sienta tranquilamente en una cafetería del centro de Girona, concretamente en una crepería. Este sería el último crepé de Nutella que ella comería hasta que finalizara su tratamiento.

C.P: El hecho de abrirte un blog supuso un apoyo multitudinario ¿Qué sentiste al recibir esa protección por tanta gente anónima?

V.N: Abrí el blog y empecé a escribir como terapia personal, buscando un lugar- una pantalla en blanco que aguanta todo lo que le echen- y buscando un lugar dónde vaciar la mochila que se estaba volviendo tan pesada con todo el tratamiento y dónde vaciar mis emociones. Nunca imaginé cuál sería la respuesta y dimensión que el blog cogería. ¡Al principio estaba sobrecogida y sigo estándolo! Agradecida porque he conocido a través del blog a personas maravillosas que me han cogido de la mano desde el primer momento y me han hecho de guía en toda la aventura del cáncer. A medida que he ido avanzando yo he podido hacer lo mismo con otras personas y eso es muy gratificante, estoy muy feliz.

C.P: Viendo todo lo que te ha ayudado y reconfortado la existencia de este lugar donde poder expresar “tu montaña rusa de sentimientos” ¿A las personas que están en esta situación les aconsejas que se abran un blog?

V.N: Les diría que tienen que compartir, que el cáncer es una carga muy dura como para llevarla una sola persona y si quieren llevarla solos- acaba afectando a todo el entorno- el peso es muy grande y llega un momento que uno no puede y acaba afectando a los demás. Finalizando esta cuestión y suspirando, Vanessa destaca que es importante compartir los sentimientos para poder soltar todo el lastre que pesa tanto.

Durante el tratamiento

Uno de los primeros post del blog está dedicado a la primera sesión del tratamiento de quimioterapia. Destacando la positividad con la que hay que afrontar todo este largo camino, le pregunto cordialmente sobre la positividad durante este proceso, si se puede considerar una “gran medicación”, a la que me responde con total naturalidad que “el tratamiento es muy duro en sí”, pero de forma clara me explica que en un principio pensó que “si era receptiva, el tratamiento iba a fluir mejor y que el estado anímico iba a repercutir en como actuara.” Vanessa con rostro dudoso comenta que no sabe si su teoría es cierta pero que a ella le funcionó, al menos le sirvió para estar más positiva y animada. También quiso insistir y destacar que sabía que “la medicación era mala”, pero que finalmente le iba a salvar la vida. Con sus gestos intentaba transmitir a todas las personas que están en esta situación, que hay que tener paciencia y facilitar el camino, ya que hay que pasar todo el proceso para poder estar sano. Durante esta conversación, quise interrumpir y preguntar que utilizaba en cada fase de quimioterapia para mantenerse animada, con una sonrisa en la cara Vanessa me respondía que se pasó cada día bailando “Never let my down”, que es una de las canciones que más le gusta, “no sé si funcionó o no, pero yo me imaginaba como fluía y cómo entraba la medicación e iba matando al cáncer mientras me iba devolviendo a mí la vida.”

Los cambios físicos con el cáncer de mama son devastadores, de hecho de todos los tumores es el que más evidencia física tiene de la enfermedad. “Como mujer cuesta, son barreras importantes para superar la pérdida del pelo, es más duro incluso que el momento del diagnóstico, es la evidencia física de que realmente estás enferma.” Cuando le pregunto que si sus hijos le ayudaron a llevarlo todo con un toque de humor, ella me responde felizmente que les explicó que el pelo comenzaba a caerse- les enseñó como se caía y ellos se reían- vino su amigo a casa le rapó el pelo en medio del comedor y los niños con sus sillas vieron como rapaban a su mamá. “Me dejaron con media cabeza rapada y la otra mitad con el pelo rizado, haciendo el indio para quitarle un poco de hierro al asunto y la verdad que estuve muy contenta de la decisión porque no sabía cómo iban a reaccionar los niños. Gracias a ellos lo viví así, porque si no hubiera sido un gran drama, para esto no te preparan.” Ella totalmente segura de su idea, certifica que durante el tratamiento pensaba que era una faena muy gorda, pero a la misma vez, pensaba que era una segunda oportunidad que le había dado la vida y había que luchar para ganar esta batalla.

Nutrición 

Los alimentos procesados resultan un gran enemigo para esta enfermedad. La sociedad, actualmente, está más concienciada a cerca de los productos que no debemos consumir diariamente. La familia Nueda antes y una vez presente el cáncer han llevado una alimentación muy saludable, combinan “el deporte como estilo de vida”. “Quizás la enfermedad nos ha cambiado el hecho de la calidad de alimentos. Antes no le daba tanta importancia que fueran alimentos ecológicos no procesados, bueno era un poco el desconocimiento. Ahora intentamos llevar una dieta sana, la materia prima es que la calidad sea excelente”. Seguidamente procedo a preguntarle una cuestión que me invade en mí día a día.

C.P: ¿Hay algunos alimentos que lo hayas tachado de tu menú a diario?

V.N: El alimento prohibido es el azúcar, sin duda, es el alimento del cáncer. De hecho, si buscas en Google verás que hay imágenes de cómo una célula cancerígena actúa cuando cae una molécula de azúcar y es que directamente va y la absorbe al momento. Los lácteos los tengo muy limitados, más bien la leche, el consumo de cereales delimitados básicamente al fin de semana.

Actos solidarios

Los eventos solidarios que se han podido llevar a cabo a través de la plataforma “El crep de mi vida” han logrado grandes cosas. “Conseguimos comprar ordenadores para el pase de visita en la planta de oncología, cambiar los colchones y adecuar una sala de espera con unos sillones más cómodos, todo eso en el año pasado.” Con una entonación de alegría que no le cabe en el cuerpo, ella explica que hay otro nuevo proyecto de investigación del cáncer en Girona, llevan “recaudado 10000 euros”. “Tengo que estar muy agradecida, una puede tener mil ideas pero si la gente no responde, no se podría materializar y si esto existe es porque la gente tiene una humanidad increíble.”

Consecuencias

Vanessa-una vez acabado el proceso de la quimioterapia y la fisioterapia- pide el alta voluntaria. A pesar de todo el esfuerzo mental que lleva en estos meses, ve que es el momento de comenzar su rutina. Es en ese momento cuando le comunican su despedida de la empresa, en la que ha estado cerca de diez años “lidiando en ventas y marketing”. Entonces de forma cordial le pregunto qué opina a cerca de este acto por parte de esta asociación, ella bastante seria expresa que “desgraciadamente esto pasa, es muy triste pero pasa, supongo que deben ser empresas privadas, en la pública no creo que se den estos casos. Son situaciones a la que los enfermos nos tenemos que enfrentar. Ya es bastante duro el hecho de volver al trabajo, porque cuesta, porque tienes unas secuelas y esas secuelas son evidentes.” Ella, con un rostro más alegre, se muestra segura que todo pasa por algo y que “algo mejor vendrá”, de hecho se encuentra inmersa en numerosos proyectos.

Para Vanessa cada día es un regalo, una oportunidad de vivir. Para ella, antes, la vida era bonita y pasó a ser mágica, porque cada acontecimiento que ocurre en su vida, por muy insignificante que sea, significa que sigue viva. Como persona es un ejemplo de fuerza, superación y positividad.

 

Fuente: El crep de mi vidaCelia Picón