El placer y el amor se entrecruzan en dos montajes extremeños basados en sendos clásicos de la literatura española, que abordan diferentes concepciones de sentimiento amoroso. Libro de buen amor y Celestina, la tragi-clown-media se presentan este martes y miércoles en el 31º Festival de Teatro Clásico de Cáceres.

Una reivindicación de la buena vida, del buen comer, del buen amor y con un humor erótico lanza Agustín Iglesias en su versión del medieval Libro de buen amor, escrito por el Arcipreste de Hita y una de las obras canónicas de la literatura española y europea.

Este montaje de la compañía extremeña Teatro Guirigai, dirigida por Iglesias, se representa este martes en la plaza de las Veletas (22.30) y sigue las peripecias de una compañía de juglares, la Comparsa del Arcipreste, el pretexto que Iglesias inventa para dar forma al espectáculo.

El grupo irrumpe en escena celebrando la procesión de la Virgen y la fertilidad de la tierra, y anuncian los placeres del buen amor y del humor para seducir. Durante la representación, los juglares escenifican para el público pasajes de la vida del arcipreste y momentos significativos de su Libro de buen amor: la juventud inexperta del arcipreste enamorado de cristianas, moras y judías; los consejos de Amor y Venus; las historias de dos amantes perezoso o el combate entre don Carnal y  doña Cuaresma.

Los versos del arcipreste de Hita volcados en El libro de buen amor han acompañado a Agustín Iglesias desde que tiene memoria. “Forman parte de mi estructura mental –afirma-; han contribuido a configurar mi visión del mundo y ayudado a entender esa amalgama que es la cultura ibérica”. Al llevarlos escena ha querido fundirlos en una dramaturgia de música, plástica y texto. La obra, señala, es una reivindicación femenina de la “libertad de acción, sexual e intelectual”.

 

La Celestina

Parejos a los versos de El libro de buen amor, los de La Celestina ha corrido una fortuna singular. Son diversas las versiones para teatro y cine, e intérpretes de referencia como Nuria Espert, Amparo Rivelles, Irene Gutiérrez Caba o Terele Pávez han encarnado el personaje de la alcahueta creado por Fenando de Rojas. Y como ha ocurrido con otras obras del teatro universal, actores como José Luis Gómez también ha cruzado la barrera del género para ponerse bajo la piel de Celestina.

La versión que La Escalera de Tijera trae al festival cacereño (miércoles, en la plaza de las Veletas, a las 22.30) procede del circo: poco texto, abundante teatro gestual y danza le valen al director y actor Javier Uriarte para contar este relato dialogado, clave de la literatura renacentista española.

Uriarte subraya la pervivencia de miserias, vilezas y ruindades humanas en su adaptación de la historia de los amantes Calixto y Melibea, de criados corrompidos, de una alcahueta que “arregla” amores y del ansia de poder y dinero que recorre la obra.

Mediante acrobacias, malabares y expresión corporal, Uriarte dirige este espectáculo extremeño sobre las altas y bajas emociones. Su propuesta, según señala, quiere ser una referencia para nuevos públicos, un acercamiento a un clásico mediante un lenguaje sencillo y divertido que protagonizan tres actores: el propio Uriarte, Lola Sánchez y Javier Rosado.