En pocos días, hemos sufrido unos cambios de temperaturas un tanto bruscos, con lluvias, frío, calor, bochorno… Acaba de comenzar el verano y a veces en esta época del año las temperaturas son algo inestables Pero, ¿tiene alguna consecuencias para los pollos estos cambios? La respuesta es sí.

Si hablamos de golpes de calor, podemos considerar que sucede cuando la temperatura corporal rebasa los 44°C. Y la temperatura corporal de las aves ronda los 41ºC en condiciones normales. Cuando se genera una hipertermia los mecanismos de regulación son superados y aumenta la temperatura corporal. Como consecuencia de esto se produce el llamado golpe de calor y puede ser el momento en que sobreviene la muerte del animal.

Nos importa que los pollos estén en perfectas condiciones y el verano es una época que predispone al golpe de calor en las aves. Por eso los granjeros tienen que estar atentos y tener previstas medidas paliativas para enfrentar la situación y permitir que, de todos modos, la producción continúe siendo eficiente y los animales puedan estar en condiciones naturales durante su ciclo vital en la granja, que son unos 55 días de media.

Es bien sabido que la alta temperatura, superior a los 25°C, junto con la baja humedad relativa (50 % o menos), escasas precipitaciones y vientos, disminuye notablemente el bienestar animal y produce lo que se conoce como estrés térmico.

Las aves tienen una temperatura corporal ligeramente superior a los mamíferos, cercana a los 41-41,5ºC. La temperatura ambiental idónea para animales adultos se aproxima a los 23ºC y hasta los 26ªC los animales se encuentran perfectamente.

A partir de los 26ºC y hasta los 30ºC empiezan a movilizarse los mecanismos de lucha contra el calor para disipar el exceso de temperatura corporal. Al ir subiendo la temperatura ambiental por encima de los 33ºC van colapsándose estos mecanismos hasta llegar a una temperatura corporal cercana a los 47ºC, momento que sobreviene la muerte.

Pero ¿qué sucede con el granjero cuando se producen bajas por golpes de calor? Cuando esto sucede no obtienen la rentabilidad planificada. Su estabilidad económica y familiar depende de que el pollo viva en la granja en condiciones naturales.

Fue en 2009 cuando la correduría Sánchez Castañón, ubicada en Zafra, creó un seguro para proteger la estabilidad económica de los granjeros y de las integradoras que son las mayoristas de comercialización avícola a nivel nacional. Existía una preocupación por las insuficientes protecciones aseguradoras que tenía el sector avícola que hasta esa fecha eran muy deficientes y decidieron crear un producto específico que se llama GranjaLike el cual se distribuye a nivel nacional aportando las garantías necesarias y la tranquilidad para que en la granja sólo se preocupen por el bienestar animal a la hora de criar sus pollos. No sólo se trata de cubrir el patrimonio del granjero sino que también hablamos de un animal muy sensible que debe cumplir su ciclo vital en estado óptimo para que llegue en perfectas condiciones al mercado de consumo, es decir, al supermercado.

Pero ¿por qué los pollos tienen un seguro de vida?

Se trata de un seguro que protege al granjero ante cualquier eventualidad de que el pollo fallezca durante su ciclo vital en la granja, que son 55 días de media.

A parte de proteger las bajas de pollos también protegen sus inmuebles. Según Lola Morón, responsable comercial de seguros avícolas, “desde 2009 damos protección a más de 350 granjas a nivel nacional a través de asesoramiento y servicio. Por lo tanto aseguramos a más de 75 millones de pollos anualmente desde Zafra”.

Por su parte, la correduría Sánchez Castañón ha creado un micro documental para poner en valor la labor del granjero y explicar cuáles son las consecuencias de los temidos golpes de calor.

Enlace al documental: