Fallecida en Madrid en 2018, Mercedes Barba, pintora nacida en Fuenlabrada de los Montes en 1923, fue una artista de vocación tardía. Comienza su trayectoria en la pintura al término de sus estudios universitarios en Madrid a partir de 1975 exponiendo sus obras protagonizadas por imágenes de arte naïf fundamentalmente en la Galería Ramón Durán. Obtiene varios galardones entre los que destacan el primer premio de la Primera Exposición Naïf en Aranjuez en 1990 y el segundo de la Asociación Española de Pintores y Escultores en 1998.

El arte Naïf o Arte ingenuo, es una fórmula de expresión menospreciado por algunos sectores que, sin embargo, tiene importantes representantes en la historia del Arte como Henry Rousseau o pintores norteamericanos del siglo XIX. En Extremadura encontramos artistas de gran calidad dentro del género como Evaristo Navarrete y Manuel Gómez Arce, también con ejemplos de su obra en la colección del MUBA.

Mercedes Barba se inspira en espacios rurales para la representación de alegres escenas. Su vivencia personal en la capital española no le hace olvidar los espacios en la naturaleza, con una evocación nostálgica de la infancia, en tonos alegres y vivos que iluminan las figuras humanas, los objetos, la vegetación y los animales. Lejos de ninguna sofisticación, sus cuadros invitan a deleitarnos en los recuerdos de nuestros primeros años.

El MUBA contaba ya con una pieza de la artista: Comunión en la ermita de Sta. Ana que nos muestra una escena común en el ámbito rural como es el desarrollo de este acto litúrgico en espacios religiosos situados en mitad de la naturaleza. Este ejemplo viene ahora a enriquecerse, gracias a la generosidad de sus hijos y nietos, con tres piezas más: Vendo flores (1979), La reja del tío Eustaquio (1976) y Celebrando un santo (1984). Esta última se exhibe ahora en la sala 4 del Edificio A sustituyendo a la expuesta hasta este momento Comunión en la ermita de Sta. Ana.