La ONG Zafra Solidaria pone en marcha por sexto año consecutivo el programa de refuerzo escolar, en el que un grupo de quince niños y niñas reciben unas clases de apoyo que sus familias no pueden costearles por la situación económica que están viviendo.

La presidenta, Nanda Sánchez Condado, se muestra muy feliz por poder llevar a cabo esta iniciativa y destaca el papel de las cuatro voluntarias (tres maestras y una filóloga) que la hacen posible.

A lo largo de estos seis años se ha consolidado un proyecto que comenzó al detectarse esta necesidad por parte de la ONG. Nanda Sánchez explica que la idea es sacarlos del hábito en el que viven, alejado de la cultura y la educación por una serie de circunstancias, y ofrecerles refuerzo escolar y mucha afectividad. En este tiempo se ha conseguido que haya una estrecha relación con los colegios y que los niños y niñas mejoren.

Un total de quince participantes iniciaron ayer este programa educativo con cuatro voluntarias (Pili, Pilar, Laly y Eva), que se reparten el trabajo según sus especialidades. Las clases son los lunes durante dos horas y media y reciben apoyo en matemáticas, lectura o escritura, pero también en afectividad, valores o hábitos saludables. Zafra Solidaria les da además la merienda.

Eva Arenales, una de las voluntarias, explica que en general todos mejoran y sonríen más al final del curso y eso refuerza su estado anímico, algunas veces triste por la situación que viven en casa. Es un rato de afectividad que sirve para situarlos ante la vida, para hacerlos sonreír y que sepan enfrentarse mejor a su día a día.

Son participantes de diferentes edades que necesitan una formación y una atención muy específica. Zafra Solidaria quiere escucharles, compartir sus problemas, charlas con ellos, pero aprendiendo un poco de la vida. Además son un grupo heterogéneo, diverso y multicultural, y eso también es muy interesante para su aprendizaje.