Ingredientes:

  • 400 gr de espinacas congeladas
  • 2 dientes de ajo
  • 30 ml de aceite de oliva virgen extra
  • 50 gr de mantequilla
  • 50 gr de harina de trigo
  • 600 ml de leche
  • Sal
  • Nuez moscada molida
  • Pimienta blanca molida
  • 100 gr de queso cheddar rallado

Elaboración:

Introducimos las espinacas congeladas en un cazo y agregamos un poco de agua (suficiente para que cubra la base), tapamos y cocemos a fuego medio durante 10 minuto.

Apagamos el fuego y dejamos que se terminen de cocer con el calor residual.

Mientras tanto preparamos la bechamel y para ello calentamos la mantequilla en una sartén y, cuando esté fundida, agregamos la harina, removemos y dejamos que se tueste ligeramente, a fuego medio, durante un par de minutos.

A continuación agregamos la leche, poco a poco, mientras removemos con unas varillas para evitar que se formen grumos. Cocemos durante 10 minutos y, a mitad de tiempo, condimentamos al gusto con sal, nuez moscada y pimienta blanca molida.

Escurrimos bien las espinacas para retirar el agua que sueltan con la cocción. En el mismo cacito calentamos un fondo de aceite de oliva y doramos el diente de ajo, previamente pelado. Incorporamos las espinacas y las rehogamos durante un par de minutos.

Desechamos el diente de ajo, añadimos la salsa bechamel, removemos y ajustamos el punto de sal si fuera necesario.

Pasamos la mezcla a una fuente para horno y espolvoreamos con el queso rallado y gratinamos durante unos 3-4 minutos o hasta que la superficie se dore.