Tras el éxito rotundo del homenaje a su hijo más ilustre, Juan Meléndez Valdés, nacido en el municipio ribereño en 1754, este medio ha hablado con el villafranqués Francisco Blanco, quien con apenas cinco semanas ha dispuesto el elenco de actores y actrices para preparar la obra y una puesta en escena soberbia bajo su dirección, a partir de un texto escrito por José María Lama.

Un reto personal y profesional que para este dramaturgo y director teatral van muy unidas porque “nos implicamos mucho en el teatro y están muy a flor todas las emociones continuamente. Ha sido un enorme reto por el ya sabido hándicap del poco tiempo que hemos tenido”. Prueba de ello, nos dice, que al final siempre sale, y donde destaca que es un reto también personal “de estar yo en un pueblo tan cerquita y de querer hacer un proyecto de esta magnitud que es apasionante por la cantidad de gente que implica”.

En cuanto al balance que hace sobre el estreno reconoce que hacía tiempo que no se metía en un proyecto donde no se sentía que conectaba tan bien con la gente, donde no le llenaba tanto, “esto está fuera parte de lo artístico, es algo que ha trascendido incluso para mí en lo profesional, lo creativo y lo artístico, encontrarme con tanto cariño que me ha demostrado y me sigue demostrando la gente”.

Tanto es así que para el alma de ‘Teatro de Agua’ de Villafranca de los Barros, compañía que dirige, asume que con esta experiencia tan bonita y tan fuerte, “me impide valorarlo y me salen un poco las palabras a borbotones cuando te lo estoy contando ahora, me cuesta trabajo ponerlo en pie, ponerlo en orden, escribirlo me voy con el corazón henchido, deseando y esperando que esto no caiga en un saco roto, que los que tengan que tirar de la manta hagan que esto vuelva a ser posible el año que viene, que seguro que además mucha más gente de Ribera va a querer implicarse porque esto no ha pasado desapercibido”.

De este modo, Francisco José Blanco cuando hace balance va más allá, “una enorme gratitud al Ayuntamiento de Ribera del Fresno y en especial a la concejala de patrimonio, a Teresa Rodríguez, que ha estado siempre ahí, al pie del cañón, ante todos los posibles escollos, las decisiones que han sido difíciles para ella también, porque no quería salirse del proyecto y es verdad, que ha habido que reajustarlo y mi enorme gratitud a todo el equipo humano, en primer lugar por supuesto a todos los actores, figurantes que han estado durante todo este poco tiempo que son apenas cinco semanas, aprendiéndose el texto”.

Y hace una reflexión, puesto que Ribera ha descubierto un sitio que es curioso, porque es el centro del pueblo pero que la vida está desplazada hacia otros lugares y de repente se ha puesto en valor la fachada del Ayuntamiento y el atrio de la iglesia Nuestra Señora de Gracia, al tiempo que para próximas ediciones apunta que “habría que empezar a moverse ya, porque el riesgo del clima es enorme si se deja para noviembre de nuevo, habría que hacerlo en otra época, hacerlo en otra época supondría verano como muy tarde, pero ya para mover este tipo de proyectos se tendría que estar haciendo algo, para prepararlo, para buscar financiación, para organizar y todo eso, en fin, ahí queda la primera piedra puesta y que todos los los factores y los actores implicados se pongan las pilas y que es una pena que con lo contento que ha quedado todo el mundo esto se pierda y que el año que viene no solo se quede en Ribera, sino que se exporte al resto de Extremadura, incluso al resto del país, que merece la pena”, finaliza Blanco.

Texto: Juan Francisco Llano Báez
Foto: Verónica Conejo