Cuando a alguien no la llaman por su nombre, sino que la introducen en la conversación con un ‘la’, ya puede decirse que esa persona tiene algo que contar, compartir o enseñar. A Sonia Poveda (Barcelona, 1975) le pasa algo parecido. Y es que a ‘La Poveda’ le mueve un universo interior, que más allá de ser la hermana de Miguel (Poveda), ser bailaora y madre, la empuja a remover esas entrañas desde donde ella resurge y nace. Porque nada es superficial en ella. Te explica, se mueve, te habla y te clava los ojos como puñales de gracia.
Hablamos con ella y nos adentramos en ese universo íntimo que ofrece desde el puro flamenco pasando por el desarrollo personal y el liderazgo; porque Sonia ha encontrado la clave de este arte: aquí no se puede ofrecer nada, sin haber hecho un trabajo interior que deconstruya y construya. Ella lo trabaja y lo consigue, y aquí estamos nosotros para contarlo. Pasen y lean.
¿Cómo es el universo de Sonia Poveda?
El universo de ‘La Poveda’ nace de la necesidad de expresarme en muchas facetas de mi mundo interior que va mucho más allá del flamenco. Tengo muchas inquietudes: me gusta el desarrollo personal, me gusta el liderazgo…, mi vida no gira solo en torno al flamenco, de ahí ese universo. Cuando estás despierta, con los ojos abiertos, descubres y dejas entrar cosas que de otra manera no entrarían. Estoy en un momento de vida en que descubro cosas que me fascinan. Nunca antes había dibujado y ahora dibujo; ahora me ha dado por aprender a tocar la guitarra…, no sé, cosas que se me están despertando que, para mí, forman parte de ese universo donde me expando más allá del flamenco, y me gusta.
¿Cómo se alimenta el flamenco del desarrollo personal y viceversa?
En mi caso, el desarrollo personal me ha venido maravilloso para comunicarme con esa dimensión divina en la que entramos los artistas desde otro lugar más consciente. A través del desarrollo personal busco mis momentos de meditación; a través de ésta yo descubro la canalización. A través de la canalización pido, y cuando voy a bailar pido que, lo que hay por ahí. se manifieste a través de mi cuerpo y lo exprese conmigo cuando estoy en el escenario. Desde que estoy en esta onda bailo desde otro lugar y bailo de otra forma. Ha cambiado mi forma de sentir y de bailar, y me abre las puertas de otras dimensiones muy bonitas.
¿En qué ha cambiado?, ¿en qué lo nota?
En mucha más libertad y más creatividad, como que la mente ocupa menos espacio de lo que ocupaba antes, y el juicio. Antes estaba mi mente todo el tiempo: ¡uy!, esto no te va a salir bien, no te has colocado bien…, ahora mi mente no está tan presente como antes. He aprendido a sentir más, y a dejar la mente a un lado. Si ya no hay juicio interno ni externo eso te da una libertad brutal, y en esa libertad, aparece la creatividad y movimientos nuevos que antes no hubieran aparecido. Es un conocimiento de mí, un descubrimiento de lo que puedes llegar a ser capaz. Cuando no te limitas, descubres, y eso es maravilloso. Mi mundo interior despierto y en constante evolución me ha llevado a romper la falsa creencia de mi limitación creadora, y he abierto las puertas descubriendo la mujer creativa que soy.
Habla de un crecimiento personal, en los últimos tres años, que le han llevado ‘hasta aquí’, ¿qué le hizo llegar?
¡El confinamiento, amiga! El confinamiento y una depresión muy grande porque me separé cuando mis hijos tenían nueve meses…, cuando ya parecía que empezaba a levantar cabeza nos encerraron. Y cuando tocas fondo y empiezas a cuestionarte…, yo me cuestionaba, ¿quién era? Porque yo no podía dar clases, no podía bailar, y estaba encerrada con dos niños de tres años. Decía, ¡Dios mío! ¿a dónde voy? esa oscuridad, o ese barro, o ese momento de desesperación hace que te plantees y que te haga descubrir. Se hizo de una manera muy natural. Siempre he sido una persona muy espiritual pero no a un nivel tan consciente como ahora, pero en ese momento que no te queda más opciones que plantearte y conocerte a ti misma empiezas a descubrirte, empiezas a estudiar, ver documentales…, hice un Máster de desarrollo personal y liderazgo. Antes era muy insegura, muy autocrítica. Me di cuenta en ese proceso que me había automutilado durante muchos años: yo no sirvo, yo no bailo bien…, hasta que dije: ¡basta ya! y sacas una fuerza de no sé dónde y aquí estoy, tres años después, con un negocio, dando clases de baile, en un Tablao, criando a mis niños, que ya los tengo superbonitos con siete años. Soy independiente económicamente y emocionalmente, fuerte y con un amor propio que me he construido sola muy potente. Estoy muy orgullosa de este proceso que viene de la oscuridad y de haber tocado fondo. Ha sido un proceso largo y no ha sido fácil. Antes no me quería nada, pero ya no me vuelve a pasar.
¿Proyectos?
Sigo con mis clases generales, de castañuelas, de nivel iniciación y medio. También estoy en el Tablao El Arenal de Sevilla, y con varios proyectos que aún no puedo compartir porque no están confirmados pero Palop, si salen, nos va a hacer mucha ilusión, ¡a ti y a mí!.
Palop Flamenco
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