El espectáculo estrenado en 2019 en el Festival Medieval de Elche ha girado por los festivales más prestigiosos de teatro clásico, Cáceres, Cangas, Almagro o Toledo; entre otros, por teatros de Plasencia, Zafra, Valencia, Zaragoza, Oviedo o Sevilla y por Portugal dentro del Circuito Ibérico de artes escénicas.

Después de 4 años y más de 80 funciones Teatro Guirigai vuelve a presentarlo en Sala Guirigai con motivo de su 45 aniversario que celebran este año.

“Libro de Buen Amor” es un gran himno a la vida, donde incluso la muerte de Trotaconventos, tras cumplir su función social, vital y literaria, sirve de excusa para lanzar una burla contra la Muerte. La versión y dirección de Agustín Iglesias es coral, con una mirada contemporánea pero fiel a los versos de Juan Ruiz Arcipreste de Hita, de intensa comicidad erótica, donde los personajes femeninos son contundentes en sus deseos, reivindicando su libertad de acción, sexual e intelectual.

La Comparsa del Arcipreste, creación de Agustín Iglesias, es protagonista y motor del espectáculo, las juglaresas y juglares que la conforman hacen cómplice al público desde el primer momento del espectáculo. Interpretan las andanzas juveniles del Arcipreste; las fantasías vitales de don Carnal y doña Cuaresma o los amoríos secretos del convento. Tienen repertorio y oficio, mucho oficio. Son vividores y libres. Cinco personajes unidos por la necesidad y el deseo de compartir arte, juergas y sabiduría. Raúl Rodríguez, Magda Gª-Arenal, Jesús Peñas, Mercedes Lur y Asunción Sanz forman un elenco que ha recibido numerosos aplausos y excelentes críticas

“Hay que subrayar la labor de dirección en este trabajo caleidoscópico e icosaédrico. Y es complejo señalar una buena dirección si no hay intérpretes que se dejan la piel en el escenario. Los de Guirigai se dejan la piel y la voz. La interpretación coral, con mucho movimiento, una muy delicada y trabajada dicción del verso alejandrino, una labor gestual significativa, una expresión corporal coreográfica bien delimitada y unas intervenciones musicales esenciales levantan un espectáculo regocijante, ameno, simpático. Puestas en escena como la de Guirigai merecen más que un aplauso.”