El amor por el cine y el derroche de talento joven, el que desplegaron los alumnos de los Conservatorios de Música “Hermanos Berzosa” y de Danza de Cáceres y la Escuela Superior de Arte Dramático de Extremadura, brillaron y protagonizaron anoche la ceremonia de entrega de los Premios Versión Original del Festival de Cine Español de Cáceres en el Gran Teatro de Cáceres, en la que el humor, las emociones y algunas reivindicaciones, como la de la paz, estuvieron muy presentes en las más de dos horas que duró esta fiesta benéfica anual del cine español que clausuró la 31ª edición del festival cacereño.

Todos los galardonados, menos Juan Diego Botto que no pudo asistir, recogieron su galardón agradeciendo a la organización del festival, la Fundación Rebross, y a la ciudad esta cita, el galardón y el amor por el cine que rezuma el festival.

La gala, que condujo un triunfante y exultante Álex O’Dogherty con humor, música y guiños cacereños, contó como invitados con la presidenta de la Asamblea de Extremadura, Blanca Rodríguez, la consejera de Cultura, Turismo, Jóvenes y Deportes, Victoria Bazaga, el presidente de la Diputación Provincial de Cáceres y los concejales de Servicios Públicos, Pedro Muriel, y el concejal de Urbanismo, Tirso Leal.

Esther Méndez, Bambikina, la música extremeña compositora de la banda sonora de La mesita del comedor fue la primera en subirse al escenario del Gran Teatro de Cáceres para recoger su premio Versión Original Reyes Abades que, emocionada por recibir un premio en su tierra, dedicó a Caye Casas, por su confianza, a su familia y a todos los “fracasados del mundo (a los que aseguró pertenecer), para que nunca se rindan para hacer lo que les apasionan aunque todo parezca en contra”. Bambikina recordó esa carambola de la vida que unos años atrás la subió en ese mismo escenario en esa misma gala de ese año para actuar y que propició conocer a Caye Casas, quien tras escucharla le prometió encargarle la música de su próxima película, prosema que cumplió años después y que anoche recibió su reconocimiento y el aplauso del público.

El periodista cultural de TVE Carlos del Amor, que recogió su premio Versión Original dedicó el galardón al público, a todos los que anoche pagaron una entrada “que va a significar algo en el mundo”, refiriéndose al espíritu benéfico del festival, y agradeció el fin de semana “maravilloso” que estaba viviendo en Cáceres.

La directora de la celebrada y premiada 20.000 especies de abejasEstíbaliz Urresola, que visitaba por primera vez Cáceres, agradecía al recibir su Premio Versión Original como directora revelación la calidez recibida estos días en la ciudad y reivindicó esa “mirada” que aporta el cine a la realidad del mundo. “El cine ayuda a cambiar miradas, a hacernos replantear cosas, a hacernos preguntas. El cine tiene ese poder inmenso de crear vínculos con realidades que son ajenas a nosotras, nos ayuda a empatizar y a ponernos en la piel de las personas para no juzgarlas y para no odiarlas como muchos se empeñan en intentar hacer, por lo que defendamos entre todos la cultura que en tiempos oscuros como los que estamos viviendo corre peligro y que este festival ayuda a visibilizar”, aseguró.

A continuación recibió el Premio a Mejor Director Pablo Berger por Robot Dreams. Casi recién llegado de Los Ángeles donde la película estaba nominada a Mejor Película de Animación en los Oscar, Berger compartió con el público su vínculo de hace décadas con Extremadura y que agradeció este premio “sin prejuicio” por concederlo a una película de animación.

“Gracias por este festival lleno de amor”, dijo la intérprete Lola Dueñas al recibir su Premio a la Mejor Actriz de Series por su personaje de Montserrat en la aplaudida serie La Mesías. Lola Dueñas, que ya fue acreedora de un San Pancracio en 2019 por Viaje al cuarto de una madre volvía a la ciudad para cerrar el “viaje mesiánico feliz” que le ha propiciado participar en esta serie y como despedida de ese “monstruo” de personaje que le han regalado los Javi, accionó muñeca y dedos para regalar al público del festival ese gesto profético de la mano con el que su personaje hipnotizaba a fieles y que anoche cautivó por última vez.

Quien se estrenaba anoche en el festival era el actor y músico Asier Etxeandia que, aunque sí conocía Cáceres, nunca había pasado por su festival. Dedicó su premio como Mejor Actor por la película Teresa a los alumnos de la Escuela de Arte Dramático de Extremadura y de los conservatorios porque, aseguró, que esta profesión, la suya como actor, “es de flipaos, hay que emocionarse mucho, y si no flipas y amas lo que haces no puedes conmover a quien te está observando. Echo mucho de menos mis momentos de la escuela y lo que viví con mis compañeros”. En ese sentido, elogió el trabajo de su compañera en la película, y también premiada en el festival, Blanca Portillo, a la que ofreció el premio porque, aseguró, “soy mucho mejor cuando estoy a su lado”.

La propia Blanca Portillo, que subió al escenario a recoger de manos del actor Julián López, su reconocimiento como mejor actriz por la misma película, Teresa, manifestó estar “súper feliz” y su sorpresa por lo “especial” que estaba siendo estos días en Cáceres y este premio. “Debería haber venido a este festival antes, así que voy a pedir como festival volver, pero quiero pagar mi entrada, sentarme y apoyarlo”.

Pablo Berger, acompañado por Yuko Harami, volvió a subir al escenario para recibir el Premio a Mejor Película por Robot Dreams, un premio que quiso compartir con las más de 500 personas que hicieron posible el filme e invitó a todos a que no pierdan la afición por ir al cine.

Por último, el director del festival y presidente de la Fundación Rebross, Paco Rebollo, que subió al escenario para entregar el Premio Versión Original de Honor aseguró que la organización está feliz “por la nueva etapa de este festival que intenta promocionar el cine español y contribuir a la ayuda humanitaria y por la apuesta que se ha hecho por los jóvenes, ellos son el futuro de las salas de cine”. Rebollo entregó el premio de honor a la actriz Susi Sánchez quien, visiblemente emocionada, recordó sus raíces en Cáceres, con parte de su familia procedente de esta ciudad, entre ellas su abuela que estuvo en la cárcel durante la guerra civil, y recordó sus inicios como actriz y el descubrimiento del mundo de la actuación. “El teatro me permitió sacar esos mundo internos y entregar vida a ese ser íntimo que tenía, fue terapéutico” y dio las gracias a todos los grandes maestros que había tenido a lo largo de su vida.