Cuando un contrincante cae a la lona y el adversario continúa pegando e insultando eso no se puede considerar deporte. Eso es violencia.

Parece que cuando el ser humano llega a un lugar supuestamente muy alto las capacidades normales cognitivas y de humildad saltan por los aires y se convierte en un monstruo.

Esto ocurre en todos los ámbitos, el supuesto deporte del que hablamos hoy, en la política , religión, empresas, literatura y el etc será muy largo. La vida no solo va de lograr marcas personales, un reloj de 100.000 euros, o crear empresas que cada vez den más y más dinero como el cuerno de la “felicidad”.

¿De qué va la vida entonces y porque estamos aquí? Eso es tarea ardua de cada persona y que debe de averiguar y nadie puede chivateárselo al oído. Desde luego que aquí no hemos venido a ganar premios, a que nos aplaudan , a que nos pidan autógrafos, a viajar en maserati, a vivir en el lujo extremo a toda costa, incluso a costa de pisar como es el caso de hoy , al adversario, que al final es un ser humano como tú y que no ha nacido para que tú estés por encima de él ni viceversa.

¡ Vamos a tener problemas y mucho si esto de la igualdad entre nosotros no lo logramos entender y que sólo prime el dinero por encima de nuestras relaciones.

Es curioso ver cómo ciertos medios de comunicación alaban a un deportista que degrada a otros en el ring y que se comporta de esta forma en vez de darle un perfil bajo.

No es un ejemplo por supuesto para los niños ni jóvenes, que por cierto, lo siguen a millones en sus redes.

Es necesario que hagamos una seria revisión de lo que realmente queremos y a donde vamos porque seguramente estemos apoyando a futuros delincuentes o generando en nuestro espacio.