La lectura del diario de la científica Marie Curie y la evocación de la muerte de la pareja de la novelista Rosa Montero, en 2009, desembocaron en un sentido libro de recuerdos, memorias y biografía. En él, una mujer, la propia novelista, bucea en su intimidad y utiliza las palabras como una vía de sanación. La ridícula idea de no volver a verte, publicado en 2013, pasa ahora de las páginas del libro al escenario de un teatro. La compañía extremeña Arán Dramática estrena esta noche en el teatro Fígaro de Madrid una versión para la escena protagonizada por María Luisa Borrel y dirigida por Eugenio Amaya, autor también de la dramaturgia. La obra estará en cartel en Madrid todos los martes de junio y los lunes de julio.

Rosa Montero, de larga trayectoria periodística y narrativa, tomó como motivo de su libro la vida de la científica y premio Nobel Marie Curie, quien también perdió a su marido tras diez años de matrimonio. Y establece un paralelismo entre los sentimientos de Curie y su relación con su esposo Pierre y los de la propia novelista a lo largo de la relación que mantuvo con su pareja.

En un único escenario, el personaje de la Escritora recorre momentos de la existencia de la científica francesa, de su sufrimiento y marginación como mujer, cuando, por ejemplo, su marido Pierre recibió el Nobel de Física en 1903 y se negó a aceptarlo si no incluían a Marie como premiada, lo que así ocurrió. Sin embargo, el galardón lo recogió solo él; aunque en su discurso atribuyó a ella el mérito del reconocimiento de la Academia sueca.

En un movimiento entre el pasado de Curie, muerta en 1934 a causa de la radiactividad fruto de sus experimentos, y el presente desde el que evoca momentos de plenitud y tristezas vividos con su pareja, la Escritora va construyendo una narración colectiva y personal, de época, sobre las relaciones entre hombres y mujeres, el esplendor del sexo, sobre la ciencia y la ignorancia, sobre la fuerza salvadora de la literatura y de la sabiduría, de quienes aprenden a vivir con plenitud y con ligereza.

“A mí me sucedió que tomé mi duelo como una enfermedad de la que había que curarse cuanto antes –se escucha a la Escritora en escena– En nuestra sociedad la muerte es vista como una anomalía y el duelo, como una patología. Yo no quería sentirme avergonzada por mi dolor. Así que procuré plegarme a lo que creía que la sociedad esperaba de mí tras la muerte de Carlos. En los primeros días la gente te dice: “Llora, llora, es muy bueno”, y es como si dijeran: “Ese absceso hay que rajarlo y apretarlo para que salga el pus.” Y precisamente en los primeros momentos es cuando menos ganas tenía de llorar, porque estás en shock, extenuada y fuera del mundo”.

El proyecto teatral de Arán Dramática plantea respetar el espíritu y la letra del material original, buceando en lo más esencial del texto escrito por Rosa Montero, sintetizándolo para el buen desarrollo de su adaptación a la escena.Este montaje es, según la compañía extremeña, una oportunidad para explorar la relación entre literatura y teatro.

La ridícula idea de no volver a vertemuestra la atención que Rosa Montero presta en su literatura a la relevancia de mujeres a lo largo de la historia. Su trayectoria como novelista ha sido paralela a su labor como periodista, especialmente como entrevistadora en el diario El País desde finales los años 70. Ya entonces empezó a publicar literatura, con la que obtuvo premios como el Primavera, por La hija del caníbal,o el Grinzane Cavoir, por La loca de la casa. Otros títulos de su producción son El corazón del Tártaro, Historia del rey transparente, El peso del corazón, La carneo, el más reciente, Los tiempos del odio.

 

Tour de forcede una actriz

La versión teatral deLa ridícula idea de no volver a vertesupone un nuevo tour de forcepara la actriz María Luisa Borruel, que  ha demostrado en su trayectoria su ductilidad en papeles interpretados en solitario, como recuerdan los de Tejas verdes, de Fermín Cabal, donde asumía a cinco personajes diferentes, o en el monólogo Mujer rota, de Simone de Beauvoir

Tras el preestreno, que tuvo lugar en la casa de cultura Luis Landero en Alburquerque, la obra ha tenido dos funciones previas en el teatro Fígaro de Madrid antes de su estreno, el 7 y el 21 de mayo. El pasado 24 de mayo se estrenó en Badajoz, en el teatro López de Ayala de Badajoz y hoy tendrá lugar su estreno oficial en el Fígaro. En esta sala podrá verse posteriormente los días 11, 18 y 25 de junio, y los días 1, 8, 15, 22 y 29 de julio.

El espacio escénico, que representa el lugar de creación de la escritora, ha sido diseñado por Claudio Martín y la iluminación por Xavi Mata. La música ha corrido a cargo del compositor Oscar López Plaza y Álex Pachón de las proyecciones de fotografías que van apareciendo durante el relato de la protagonista.

La ridícula idea de no volver a vertees el último proyecto hasta hoy de la compañía Arán Dramática. Fundada en 1990 por María Luisa Borruel y Eugenio Amaya, debutó ese año con Estrellas en la madrugada, de Alexander Galin. Desde entonces ha realizado más de veinte montajes sustentados en la reflexión crítica sobre la sociedad actual y un tratamiento moderno del teatro clásico, como refleja su presencia en el Festival de Teatro Clásico de Mérida en cuatro ediciones.

La compañía ha sido candidata a los Premios Max en 2014 por Anomia,en coproducción con el Centro Dramático Nacional, en las categoría de Mejor autoría teatral (Eugenio Amaya) y Mejor empresa privada de artes escénicas, y en 2015 por Coriolano, en las categorías de Mejor actriz de reparto (María Luisa Borruel), Mejor actor de reparto (Quino Díez) y Mejor versión teatral (Fermín Cabal). Antes de La ridícula idea de no volver  a verte, había estrenado La torre(2016) y En familia, ambas de Eugenio Amaya (2015).

Entre otros montajes del grupo extremeño figuran En casa en el zoo, de Edward Albee (2009); Manual del perfecto trepa,  de Miguel Murillo (2006); La serva padrona, de Pergolesi (2004);  Los cañones, de Juan José Marín Torvisco (2003); Agripina,de Fermín Cabal (2002), Medea (1998) y Mujer rota, de Simone de Beauvoir (1996).