En el mes de septiembre y tras años de lucha contra la tuberculosis bovina, UPA-UCE y Asaja Extremadura acordaron un calendario de movilizaciones ante el grave problema de sanidad animal que está arruinando a las ganaderías extremeñas: la alta prevalencia de la tuberculosis bovina pese a los esfuerzos de los ganaderos por controlar la enfermedad.

Ya en la FIG Zafra 2016 la organización entregó el Manifiesto en Defensa del Sector Vacuno Extremeño a la Ministra de Agricultura en el marco de la protesta durante la inauguración de la Feria, que desembocó en una reunión con responsables del MAGRAMA en la que se ofreció una respuesta “tibia” ante la gravedad del problema. También estamos llevando a cabo una campaña de recogida de firmas para Junta y Ministerio agilicen las actuaciones comprometidas.

Es por esto, que desde UPA-UCE Extremadura van a continuar con el calendario de actuaciones previsto y participaremos en la manifestación que Asaja Extremadura ha convocado para la inauguración mañana 17 de noviembre en Trujillo: “No podemos aguantar más, y las Administraciones miran hacia otro lado mientras nuestra ganadería se arruina”, señala Antonio Prieto, responsable de Ganadería de UPA-UCE Extremadura.

Entre las medidas que reivindican los ganaderos que se pongan en marcha se encuentra el control de la fauna cinegética, con planes de descastes de ciervos y jabalíes elaborados y ejecutados por la propia Administración en aquellas comarcas con superpoblación de animales salvajes; y el control del cumplimiento de los Planes Cinegéticos de los cotos de caza, que deben incluir el control sanitario y poblacional de las especies no solo en Extremadura, sino que también se da en el resto de las Comunidades Autónomas.

También la flexibilización de los movimientos en las explotaciones ganaderas para liberalizar los movimientos a cebaderos de toda España para los animales menores de 12 meses procedentes de explotaciones positivas.

Además reclaman cambios en los procesos de saneamiento, como reducir los plazos entre saneamientos, realizar un solo saneamiento anual en las explotaciones indemnes o acotar el periodo de ejecución de los saneamientos, evitando los meses en los que aparecen insectos, que pueden alterar los resultados de la prueba cutánea.

Por último, exigen un incremento de los baremos de indemnizaciones por los animales sacrificados. Las cuantías son insuficientes, muy especialmente en los decomisados parciales, y en los decomisados parciales de animales de 7 años en adelante. También agilizar los pagos de las indemnizaciones a los ganaderos, que en ocasiones sufren retrasos importantes. 5. Mayor apoyo de la Administración a la investigación dirigida al desarrollo de métodos de prevención, cura e identificación de la enfermedad. 6. Financiación para las explotaciones afectadas.