A pesar de que este año 2018 se ha estrenado con algo más de agua en lo que respecta a lluvias, desafortunadamente las reservas continúan en estado crítico.
Así queda reflejado en el último informe de sequía publicado por el Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente sobre los pantanos de la cuenca, dejando un balance de lo más pobre.
En dicho listado se han evaluado 17 puntos de la provincia de Badajoz, de los cuales 13 ya tenían alguna incidencia de sequía: 6 en prealerta (dos años de demanda), 4 en alerta (entre uno y dos años de demanda) y 3 en emergencia (un año o menos).
Piedra Aguda en Olivenza, Tentudía en Monesterio y Llerena forman el triángulo crítico de la cuenca en la provincia de Badajoz.
De modo que el embalse de Llerena está casi seco, no llega ni siquiera a un hectómetro cúbico. Cabe señalar que del mismo beben no solo los vecinos de Llerena sino que también abastece a localidades de la Campiña Sur. Lógicamente no hay capacidad suficiente en este embalse para los más de 30.000 vecinos a los que abastece.
No obstante por fortuna, el tramo extremeño de la cuenca está prácticamente interconectado entre los distintos nudos, lo que facilita la gestión de los periodos de sequía.
Este sistema permite trasvasar agua desde la presa de Los Molinos, en Hornachos, a la de Llerena. La conducción que une los dos pantanos se terminó en el año 2009 y no se ha utilizado hasta ahora. Fue en agosto cuando se empezó a trasvasar desde Hornachos.
El Plan Hidrológico Nacional de 1996 detectó que una zona con tan pocos días de lluvia necesitaba un plan B con el que solventar las reiteradas sequías. El pantano de Los Molinos es precisamente uno de los cuatro de la red que tras cinco años de déficit sigue todavía sin niveles de alarma. Con 21,29 hectómetros cúbicos el informe de sequía le mantiene en situación de normalidad.
CAMPITUR
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