Lucio Poves ha pronunciado, este sábado 24 de marzo, el Pregón con el que se da inicio a la Semana Santa de Fuente del Maestre, donde ha proclamado sobre la gran noticia de esta semana, la Resurrección del Señor.
“La Semana Santa no tendría sentido sin la Resurrección, es la gran noticia a resaltar, la noticia del mensaje plasmado en los evangelios, la noticia de un ejemplo viviente. Los cronistas hubiesen resaltado la noticia de aquel Nazareno, que llamado “Rey de los Judíos”, era el hijo de Dios, con el titular “Cristo ha resucitado de entre los muertos”, y es lo que cada primera luna llena de la primavera vivimos, porque es el fundamento de la fe cristiana”.
De esta forma, y tras encomendarse al Santísimo Cristo de las Misericordias, patrón de Fuente del Maestre, comenzó Lucio Poves el pregón, lo que para él “era un reto, porque uno es cronista de lo inmediato, y me impresiona la Semana Santa, me sobrecoge la dulzura de una Virgen, me afloran las sensaciones delante de un Nazareno ante María, y me sorprende el movimiento de fe que se renueva cada Semana Santa”.
Los jóvenes, protagonistas en la Iglesia este año con el Sínodo de los Jóvenes que se iniciará el próximo mes de octubre, también han sido protagonistas porque estos, junto con el resto de la Iglesia, deben ser “los camilleros de Dios en una Iglesia, que como nos dice el Papa Francisco, tiene que convertirse en un Hospital de Campaña, donde acerquemos a los necesitados de Dios”.
El comunicador, además, fue haciendo una síntesis de lo que vamos a vivir cada día de esta semana, comenzando por el Domingo de Ramos “el pórtico de la Semana Santa, en el cual, por primera vez en Fuente del Maestre, aparecerán los jóvenes con Cristo subido al burrino. Es el triunfo del que se entrega por el bien de los demás, es jornada luminosa en las calles fontanesas, me encanta el ambiente primaveral de una jornada que nos lleva de la alegría a la duda, al igual que los jóvenes de hoy en día, con las drogas, el alcohol, las incomprensiones familiares, la pobreza, el hambre o la incultura. El triunfo mundano es efímero”.
El Martes Santo con la celebración del Vía Crucis nos ponemos “ante la Cruz desnuda, porque nos anuncia que Cristo Resucitará, aunque me atrapa la especie de cadena que me gustaría romper para acabar con tantas injusticias humanas. Y especialmente me sonroja la figura del Cristo Cautivo comiéndose el marrón de los pecados del hombre, me angustia, porque en el fondo, en mayor o menor medida, es raro el día que, nosotros los hombres y mujeres del siglo XXI, no atropellamos los derechos de la libertad de nuestros semejantes. Esa figura del Cristo preso, en la primera estación, me hace aclamar por los ataques a los religiosos y a los símbolos cristianos, ya está bien de tanta burla a los símbolos sagrados de nuestra fe cristiana, que nos dejen en paz, que dejen de usar el nombre de Dios en vano”.
Al hablar del Miércoles Santo, Lucio Poves quiso recordar “que la imagen del Cristo flagelado se repite en nuestros días con el hambre, los abusos a los más pequeños, las guerras por odio, el conflicto bélico en Siria…El Cristo humilde seguirá recibiendo latigazos sino reflexionamos sobre las desigualdades y sino derribamos diferentes columnas, como por ejemplo, las que no lleva al dinero”.
El Jueves Santo lo califica como “el día del amor, Cristo se pone en nuestras manos como un sencillo hombre, haciéndose comida prolongada. Y en la calle, el encuentro de las Tres Caídas, el momento clave en el que María se encuentra ante el Dios Hombre, en esperanza de Resurrección”, y aprovecha la ocasión para recordar que “las cofradías tratan de evangelizar y las procesiones deben ser una predicación especial con la fuerza de la oración, a la que está llamada toda la comunidad cristiana”.
La muerte del Señor es recordada en la jornada del Viernes Santo, un día que el pregonero catalogó “para contemplar, para dejarte llevar por la Cruz, porque es amor crucificado, es otra vía de acceso a Dios”, y hay que hacerlo en compañía de “María que es discreta, y que muestra una extraordinaria paz en sus manos. María está sola, al igual, que en la actualidad muchos jóvenes, mayores, presos, marginados, inmigrantes…una soledad materializada en la Madre de Cristo que es acogida, acercamiento…reflexionemos sobre nuestra soledad en una sociedad de soledad extrema”.
Y finalizó el pregón, como comenzó, haciendo alusión a la noche del Sábado Santo, que “no es un día triste, es la Alegría Total, es la Resurrección, porque la Pascua es la Fiesta de la Vida. Hemos llegado al fin de la Semana Santa y al principio, porque la Semana Santa no termina en muerte, sino que termina y cobra todo su sentido en la Resurrección, desde ahí, debemos de partir hacia nuestra propia Resurrección junto a Cristo. Jesús ha Resucitado. Luz de Pascua ¡Aleluya! El domingo nos libera de todas las ataduras y con el Sol, una imagen que es refresco de vida: Jesús el Resucitado. Luz de Pascua. La alegría. Un niño de ojos muy grandes ha trasnochado este día y se mira sorprendido en ese Dios que sostiene la bandera de la vida, el triunfo sobre la muerte. Luz de Pascua. La Alegría”.
Begoña Poves Munuera, sobrina del pregonero, fue la encargada de presentar a su tío, en una presentación emotiva, donde en primer lugar, destacó la vida del comunicador, y en segundo lugar, ensalzó el tándem que, desde un tiempo a esta parte, forman tío y sobrina.
La Coral Gran Maestre, bajo la batuta de María José Morgado, protagonizó la parte musical del pregón, en una actuación que dividieron en dos partes, una destinada al sentido de estos días con las canciones “Oh salutaris” y “Señor me cansa la vida”, y otra más enfocada a las procesiones con “Capataz” y “La Saeta”.
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