Durante el siglo XVIII convivieron en España dos estilos de vestir: el estilo “a la española” y el estilo “a la francesa” o “a la moda”. Una única norma quiso imponerla el nuevo monarca español Felipe V a partir de 1700, cuando llegó a España desde Francia inaugurando la dinastía borbónica tras la Guerra de Secesión. Pero hubo un movimiento de resistencia que derivó en la coexistencia de esos dos estilos, como puede observarse en la exposición “El siglo XVIII: un escenario de modas”, que organiza el Festival de Teatro Clásico en el Museo de Cáceres y que se inauguró ayer.
La muestra reúne un conjunto once piezas originales y procede de la Trajearte Colección, que el artista Eduardo Acero posee en Villanueva de la Serena. Esta colección contiene un muestrario histórico de 400 vestimentas que refleja su evolución entre los siglos XVIII y XX.
Las piezas exhibidas en Cáceres reflejan la “lucha” por el mantenimiento de una mentalidad propia o la aceptación de otra importada: la austeridad y el color negro impuesto hacia siglos por Felipe II frente al barroquismo que trajo a España Felipe V. Pero en esta etapa también tuvo cabida el neoclasicismo del estilo Imperio, desencorsetado y con vestidos sueltos de vaporosas muselinas, que tuvo en Josefina Bonaparte a una de sus principales exponentes.
La imagen propia que proyectó España de sus propios modos de vestir se encuentra, por ejemplo, en el majismo, fácilmente reconocible en cuadros de Goya como La gallina ciega (1789) y La vendimia o El otoño (1787), con mantillas negras y madroñeras que dieron origen al traje goyesco de torero.De esta manera, las clases altas miraban hacia la moda de Francia y las clases populares se afirman en sus trajes castizos.
La muestra está abierta de martes aviernes, de 9.30 a 14.30 y de 16.00 a 20.00; los sábados, de 10.00 a 14.30 y de 16.00 a 20.00, y los domingos de 10.00 a 15.00.
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