La Confederación de Empresarios y Autónomos de Extremadura (CEADE) cree que los extremeños no se dejarán engañar con la inauguración del tramo ferroviario entre Badajoz y las inmediaciones de Plasencia, porque en la región todo el mundo es consciente de que el nuevo tren no es un AVE.

Para la patronal extremeña, este acto no debería haberse celebrado, porque supone derrochar dinero público en un acontecimiento que tiene poco de histórico, puesto que no supone una verdadera ventaja ni para la ciudadanía extremeña ni para las empresas. Hasta que no se complete la nueva conexión ferroviaria con Madrid, la línea seguirá sin ser atractiva para el transporte en la comunidad.

Como se ha podido comprobar en los nuevos horarios, las reducciones de tiempo de viaje que experimentarán algunos trayectos seguirán sin ser suficientemente atractivas para el tránsito de personas y de mercancías. Por ejemplo, el viaje entre Badajoz y Madrid durará, en el mejor de los casos, cuatro horas y 18 minutos, es decir, más de media hora más largo que un trayecto en coche entre ambas estaciones.

CEADE considera que la realidad desmonta los augurios del presidente de la Junta de Extremadura sobre las grandes repercusiones que la apertura de este tramo tendrá en la vida de la gente y en las capacidades logísticas de la región. Desde mañana, Extremadura seguirá teniendo las mismas limitaciones de salida tanto hacia Madrid como hacia Lisboa, con una vía única sin electrificar, por lo que la región no ganará competitividad en transporte. Además, el nuevo tramo tampoco servirá de mucho si los trenes circulan sin aire acondicionado por falta de mantenimiento, como hemos visto en los últimos días.

Por todo ello, la Junta de Extremadura debe abandonar su actitud conformista y centrar sus esfuerzos en exigir que se cumplan de verdad los compromisos y las previsiones presupuestarias para que la línea del AVE se complete antes de que sea tarde para la región.

Lo que Extremadura necesita, a juicio de CEADE, es que el Gobierno central y sus empresas públicas agilicen lo máximo posible los trámites para empezar a construir el tramo entre Navalmoral y Madrid y que se haga un seguimiento de las obras entre Plasencia y Navalmoral para que no se acumulen más retrasos. Aún quedan bastantes años por delante hasta ver la línea completa, pero la obra puede retrasarse décadas sin una actitud diligente y reivindicativa de todas las administraciones.