El decir o hablar o escribir es una forma de hacer. Porque el hablar es una manera de construir con palabras cosas. Toda la existencia está llenas de discursos, sermones, arengas…
Todo el mundo, en general, habla de libertad de expresión, que es reflejo de la libertad de conciencia, que a su vez, es un eco de la libertad de culto y de religión e ideológica –en tiempos actuales-. Pero, después viene el problema, si yo escribo “la casa es verde con un pozo azul y con un árbol marrón con hojas anaranjadas”. Vendrán unos, que dirán que no existe árbol, otros que el pozo es negro, y que la casa es solo una casucha. Y, otros, y, otros, y, otros, y, otros, con su forma de pensar y sentir y desear y sus intereses… ¡Esta es la cuestión…! ¿Y, ya la libertad de expresión-conciencia-culto se desdibuja…?
¿Qué queda entonces, cuándo hablamos de la casa y el pozo y el árbol, dónde queda la libertad de culto, la libertad de conciencia, la libertad de expresión…? ¿Dónde queda, dígamelo usted, usted como escritor, editor, promotor de la industria cultural, director de periódico, usted como columnista, usted como lector o lectora…?
Hace unos meses, ya más de un año, redacté un artículo o columna periodística literaria o de opinión o personal –porque tantos nombres tiene, que uno, no sabe como denominarla-, con el título Sobre la punta de un lápiz, o algo semejante. La redacté con la intención, para mostrar y demostrar, que si sabía hacer un artículo periodístico o columna de opinión sobre un tema tan simple y sencillo y pequeño y rutinario, de la punta de un lápiz, podría redactar sobre cualquier tema. Y, si no tomo otros temas, es porque mi voluntad y mi deseo y mis cojoncitos no quieren hacerlo. Ocurrió que se perdió en la mar de la bodega del ordenador. Se borró, por los accidentes de este artilugio.
Volví a los pocos días a redactar otra, con el mismo título y la misma finalidad. Y, debo reconocer, que se produjo una percepción y concepto difícil de sintetizar. Me dí, cuenta, que había escrito sobre el mismo tema, otra columna distinta. Me dije a mi mismo, si vuelvo a redactar una columna, la tercera, que no hice, sobre ese mismo tema, me saldría, si dejo pasar diez días, otro artilugio compositivo y sintético y sintáctico y semántico y prosaico y poemático…
Esta es la cuestión, una de las principales y esenciales. Puedes seleccionar un tema, o venido, de la actualidad o novedad que se indica esa semana o día. Puedes seleccionar un título, que no es lo mismo que un tema. Puedes seleccionar una entradilla… Puedes seleccionar las tesis principales o subtesis, ideas o subideas, que nos diría Ruano, sobre esa cuestión, tesis-ideas que no es lo mismo, que el título y el tema y la entradiclla7entrante. Puedes seleccionar unos datos y unos argumentos, que de alguna manera forman y conforman toda la arquitectura poética/prosaica de ese artículo. Puedes seleccionar distintos finales/conclusiones, en relación con los diversos entrantes/entradillas/proemios…
Puedes seleccionar distintas realidades constructivas lingüísticas y conceptuales, pero si eres conscientes, el artículo te va dirigiendo, tu mente interior, consciente y no. Y, solo en parte, tú, directamente diriges la carreta de las palabras, en parte, te dirigen, desde el interior, según hayas pasado la noche, o sientas vas a pasar el día. Esta es la realidad. No somos conscientes de todas las palabras, ni totalmente inconscientes de todas las frases, este es el misterio de lo humano, de la humanidad…¡¿Pero con las palabras se hacen cosas, las palabras son cosas, si hubiese trabajado Marx en el ferrocarril de Londres, quizás todas las teorías marcianas se habrían matizado…!?
Llevo ya, más de un lustro, casi ocho o diez años, intentando que un medio digital o en papel, un medio nacional, quiera publicarme artículos o columnas. La realidad es que llevo mas de cuarenta años, durante este tiempo, he probado muchas veces, y, la realidad, cuándo solo existían palomas voladeras de papel mediático, nunca fue posible.
Ahora, desde hace unos ocho años, se puede indicar, que los triunfos y las musas me permitieron ver reflejado en tinta electrónica el primer artículo, y, después, han venido unas decenas de cabeceras y títulos de nombres –al menos, una columna, o una decena en otros casos, unas centenas en algunos…-. Pero debo indicarlo, intento que un periódico digital/papel me quiera abrir un lugar, en una sección de opinión a nivel nacional, -pero es un sueño que se aleja de mis ojos-, sea en artículos de palabras o en artículos de viñetas. O, en un conjunto de periódicos regionales, que llaman…Hasta ahora, todo son silencios en ese sentido.
Dicen, que el periodismo está en crisis. Hay, demasiadas personas, que piensan si va a terminar, si nació hace varios siglos y ahora, está tocando si, no su final, si las campanas, de la reducción de su influencia. Yo, no sé lo que va a suceder, yo solo sé, que creo puedo tener un pequeño papel en el periodismo de opinión, de temas actuales, con un sesgo literario y filosófico. Eso es lo que creo, aunque las canas hayan sembrado mi cabeza hace años…
Pero yo, pienso una cosa, que quizás, puedan los grandes promotores e industriales del periodismo estudiarla y analizarla. Yo, por mi experiencia de años, aunque fuese más propenso a un periódico, de vez en cuando compraba distintos. Leías distintos o trozos de periódicos de distinto nombre, en biblioteca o en bares-tascar-tabernas. Porque así pensaba era mejor. ¡Y, eso es lo que he hecho durante muchos, muchos años, con intermedios de silencio informativo en palabras de papel, o solo algunas páginas…!
Pienso que ahora, muchos lectores, no se atreven a hacerse fijo de un periódico, por todo lo que ese significa de definirse. No olviden, que esta sociedad tiene demasiada controversia ideológica, a y, en todos los ámbitos. Pienso que la solución, es simple y llana, si un consorcio de periódicos, de distinta ideología, se pusiesen de acuerdo, tres o cinco. Y, al hacerse suscriptor de uno, tendría derecho a visitar y leer y besar los cuatro o cinco. Entonces, pienso que el periodismo aumentaría su suscripción. Pienso que esta es la clave. (Recuerdo que personas, no les gustaba que llevases una cabecera u otra, diferencia de opiniones como ese espectáculo o fiesta de las cinco de la tarde, espada y capote y mulillas y toro…).
Idea, que nadie va a leer, aunque la publique, pero pienso que sería la clave, para el aumento del periodismo en nuestra sociedad –al menos se podría estudiar, o realizar un experimento, entrar en conversaciones distintos periódicos nacionales y regionales, y, ofrecer, diríamos la posibilidad de escoger el lector entre varios, de diez o doce, la lectora seleccione cinco-. Del periodismo en la Web, suscriptor de Internet.
Yo, personalmente, me haría suscriptor, y, pagaría, por este combinado, donde estuviesen cuatro o cinco periódicos, algunos regionales, algunos, nacionales, de distinta ideología. Pero yo, me pensaría mucho hacerme de uno o de dos, de qué ideología o línea me haría. ¡Y, y, todo queda grabado, y, todo se puede rastrear, y, ustedes están en los altos puestos de la sociedad, pero yo, que me muevo, ahora menos, por la calle, por el exceso de calor, las personas de la calle, que antes iban y compraban un periódico que era un acto, semianónimo, no quedaba reflejado en ningún sitio, ahora, no lo hacen, porque saben queda materializado, en el inmenso estelar de Internet!
¡Y, temen, se teme el futuro, se teme que la corrida de toros, terminen toreando y toreándose no solo el torero y el toro, sino el público empiece a torear y torearse entre sí…! ¡Por eso pienso, que una parte de la población no se hace suscriptor, de ningún periódico…! ¡Qué tanto por ciento, no lo sé…! ¡Cierto es, que quien realice esto, sería una concentración de periodismo en la práctica, aunque cada uno, con su cabecera, por tanto, dense prisa, porque tarde o temprano a alguien se le encenderá la luz, o la tomará de estas palabras…! ¡¿Decir o no decir, esta es la cuestión…!?
JMM Caminero
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