¿Se puede considerar la obra de Ibáñez en novela gráfica, Mortadelo y Filemón, como El Quijote de hoy, La Comedia Humana de hoy, En Busca del Tiempo Perdido de hoy?

Tenemos que mirarnos al espejo, sinceramente y ver, si algunas producciones culturales de los llamados cómics, historietas, tebeos, novelas gráficas, viñetas o conjunto de viñetas tienen la suficiente calidad para ser consideradas como obras maestras y geniales. Por tanto, tener la misma altura y profundidad y esencialidad, aunque con otro género y técnica, a las grandes obras de la literatura de la humanidad, a las grandes obras de Balzac, Proust, Cervantes, etc.

Alguno dirá que exagero, pero si admitimos el conjunto de viñetas de humor gráfico y las llamadas ahora novelas gráficas –durante décadas se les ha denominado tebeos, historietas, cómics, monos, etc.-, si consideramos que es un género y es un arte, uno más que está ente la literatura y el arte plástico.

O, dicho de otro modo, que es literatura –semejante o cercana al aforismo, al microteatro, al pequeño microrrelato, al apotegma, etc.-, o semejante al dibujo o dibujo-pintura. Si admitimos esto, que además puede tratar cualquier problema de la realidad y de la realidad actual, de la filosofía, de la metafísica, y, de cualquier otro saber. Ciertamente adaptándolo a su metodología. Pues tenemos que aceptar, que hay autores y autoras, que han podido realizar obras que son esenciales y que son fundamentales para entender la realidad y al ser humano. Y, que si no fuese por los prejuicios a esos autores les deberían haber dado el Nobel de las Artes Plásticas, o el sustituto existente, o el Nobel de Literatura de Suecia.

Francisco Ibáñez Talavera (1936-2023) autor de tebeos, historietas –historietista se les denomina hoy-, autor de cómics que ha sido uno de los mayores genios en su arte. Es famoso y para muchos pasará a la historia no solo de este género, sino del arte plástico en general, si admitimos que la viñeta y la historieta son un subgénero o un género más del arte plástico bidimensional, a la misma altura de profundidad y esencialidad que el dibujo, la pintura, el grabado, el libro de artista, la fotografía, etc.

No hay que mencionar, pero lo haré, especialmente sus series de Mortadelo y Filemón, 13, Rue del Percebe, La Familia Trapisonda, El Botones Sacarino, Rompetechos, Pepe Gotera y Otilio, Doña Pura y Doña Pera, etc. Que en definitiva, nos hacen un panorama de enorme riqueza de la realidad social y cultural de la segunda mitad del siglo veinte, y, una parte del veintiuno… Nos enseña mucho del interior humano, sea de hoy, sea intemporal o eterno…

A uno, no tiene porqué gustarle un pintor o un novelista, y pensar que es un genio. Que ha realizado una genialidad. Creo que este criterio debe admitirse también en la novela gráfica. Puede que a usted o a mí, no nos guste en demasía Mortadelo y Filemón, por poner un ejemplo, pero al mismo tiempo darse cuenta, que la profundidad y la esencialidad, la forma y la materia… esta obra es una producción cultural humana, es un enorme espejo, un laberinto de espejos que nos enseñan y nos muestran mucho del corazón humano, en su interior y en su exterior, en lo que dice y en lo que hace y en lo que piensa.

Siempre indico, a usted no le puede gustar El Ulises de Joyce, En Busca del Tiempo Perdido de Proust, y, decenas de otras obras, pero usted debe aceptar que son obras maestras y geniales. No todo lo que esté escrito en ellas, será cierto y verdadero. Pero nos abre laberintos del corazón humano, individual y colectivo. Pues esto sucede también con el señor Francisco Ibáñez.

El tiempo me ha enseñado que el arte o género artístico es secundario, que lo importante y esencial es lo que la cabeza y la mano hagan con esas técnicas y esos géneros. Se pueden hacer obras maestras en grabado, todos los tipos de grabado, hasta ahora estaban minusvaloradas, hasta que llegó Goya –algunos dirán que Durero antes-, se puede hacer en dibujo, en el Renacimiento, muchos dibujos que hacían para preparar las obras los tiraban –vaya si tuviésemos ahora unos cientos de Miguel Ángel o Leonardo o Rafael, de esos que tiraban-, pues lo mismo sucede ahora con la viñeta de humor y con el cómic. No todas las obras son geniales y maestras, tampoco son todas las pinturas o todas las novelas. Pero existen obras de estos dos géneros que están interrelacionados, que son geniales y maestras, y, deben entrar a formar parte de ese corpus mundial, de las grandes obras de la cultura humana.

Siempre creo que siguiendo el adagio clásico griego, no sirve ninguna filosofía si no intenta curar alguna enfermedad. Creo que Ibáñez es un genio en su género, y, creo que una persona que ha trabajado tanto… no solo se debe archivar e indexar su ingente producción, se habla de miles de páginas de historietas. Creo que Ibáñez merecería una Fundación Virtual sobre su obra y su trabajo. Se merecería una Fundación o Museo real y material y físico, pero al menos, se podría empezar con un Museo o Fundación Virtual, creo que los familiares y herederos y expertos en su obra, tendrían que intentar poner sus manos y sus dedos y sus ojos, con este fin y esta finalidad. Hasta aquí puedo llegar mi tinta electrónica en este tema.

Aquí, mi homenaje a Ibáñez, uno siente, que hubiese nacido norteamericano, inglés, alemán o belga… su figura sería como el Everest. Pero también esperamos que el buen vino y el buen paño en el baúl y en la bodega se venden, según el refrán antiguo. También esperamos que su figura, ya alta y elevada, vaya creciendo más y más…

JMM Caminero