Desde la pequeña localidad extremeña de Ribera del Fresno hasta las costas del Pacífico peruano, hay un lazo invisible que une fe, memoria y mar. Ese lazo lo ha llevado Berta Sánchez Fernández, una joven marinera de 29 años, a bordo del buque escuela Juan Sebastián de Elcano, que este jueves ha fondeado en aguas de Lima con la princesa Leonor entre su tripulación.
Pero para Berta, este viaje tiene una escala muy especial que trasciende los mapas: la tumba de San Juan Macías, el dominico nacido en Ribera del Fresno en 1585 y venerado en Perú como protector de los emigrantes. Allí, con la solemnidad del momento y la emoción contenida, encendió una vela por su madre, por su familia, y por todo un pueblo que aún hoy bebe del mismo pozo donde un día se formó la fe del santo.
“Esa vela es por ella, por mí y por todo mi pueblo, que también fue el suyo”, explica emocionada Inma Fernández, madre de Berta. Desde la distancia, recuerda cómo cada nacimiento en su casa ha estado acompañado de una visita al Pozo de San Juan Macías, ese rincón sagrado en Ribera donde las devociones se aprenden desde la cuna.
Por eso no es casual que, al llegar a Lima, Berta no solo haya querido visitar la tumba de su paisano, sino que se presentara como “ribereña” ante las monjas del convento, que, sorprendidas, le ofrecieron un librito con su vida. “Yo me la sé entera”, les dijo con una sonrisa. Fue entonces cuando la bendijeron, cerrando así un círculo de fe que empezó muchos siglos antes en un pozo humilde de Extremadura.
Toda una visita al santo ribereño que llega en éste 2025, año en el que se conmemora el 50º aniversario de la canonización de San Juan Macías, santo nacido en Ribera y considerado único santo extremeño de la evangelización de América y Patrón de los Emigrantes.
Juan Francisco Llano
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