Opino y pienso que la literatura es una especie de vasos comunicantes, unos autores se basan en otros, otros beben de otros, todos se interrelacionan aunque a veces, no lo expresan.
En este viaje por el columnismo y el articulismo que modestamente estoy haciendo, me he encontrado en estos días últimos con dos datos o conjuntos de datos: uno, una lista en Wikipedia de periodistas del siglo diecinueve.
He ido entresacando nombres, varias decenas, y, me he dado cuenta, que algunos nacieron en el siglo dieciocho, que la mayoría fueron periodistas, pero también escritores, que un grupo importante de ellos, también hicieron crónicas, comentarios, artículos de costumbres o políticos, y, que la mayoría están olvidados.
Lanzo aquí una flecha láser para que los departamentos de Historia, Ciencias de la Comunicación, Artes, Bellas Artes, Filologías intenten recuperar a tantos nombres que han ido pasando y se nos van olvidando. No olvidemos que en sus tiempos, muchos eran conocidos, con fama, notoriedad, con mayor o menor influencia, en ese juego doble de la rex pública y la rex de las letras, de la política y de las palabras escritas.
También me he encontrado con un artículo de Enrique Diez-Canedo, que nos comenta los últimos minutos y momentos y horas de la vida y fallecimiento de Antonio Machado, titulado: Antonio Machado, poeta español, publicado en Taller, mayo de 1939. Añoro que las Fundaciones o Museos sobre Antonio Machado y otros autores, recojan y vayan coleccionando todos los artículos y referencias que se han ido haciendo sobre ellos, y, vayan mostrándolas, aunque solo como títulos, en sus Webs Virtuales –sería un salto de gigante en el aumento cultural de nuestra sociedad, de la comprensión de lo que somos y hemos sido…-.
No somos conscientes muchas veces, de una simpleza y una casi boutade, para que un gran cocinero-chef, le otorguen una estrella Michelín, existe alrededor, dentro y fuera, multitud de personas con distintos oficios, que permiten esa variedad y esa causalidad para que se cree ese efecto, la gran comida para paladares exquisitos, -debo reconocer que los míos son del pueblo y populares, no distingo tantas cosas de sabores, bastante ya tengo si distinto palabras y matices de palabras y adjetivos y metáforas y símbolos-. Existen otros cocineros alrededor, existen los proveedores que les traen el género, existen los agricultores que los crían y recrían…
Pues lo mismo sucede en el terreno de la cultura, los genios o genialidades, pongamos por caso Antonio Machado, Lorca, Neruda, Aleixandre, Miguel Hernández y otras decenas de la generación del 98, 27, 14, 50 y los que se vayan instalando como genios de la generación de 1975-80 o de la Transición, y, la que está emergiendo de la generación del 2.000 o cambios de siglo. Todos ellos están rodeados de un magma cultural, de una sociedad que en mayor o menor medida aprecia y valora la cultura, pero también, de cientos de otros nombres, que pueden ser considerados de segunda, de quinta o décima fila. A esos y a esas también hay que otorgarles justicia y equidad y liberalidad y valoración. No debemos dejar que todo se olvide.
Comentó Pío Baroja, al ver pasar varios destacamentos de soldados, allá en el Norte de su tierra, en aquel año de 1936, que los odios continuarían durante cien años. Aquella frase y enunciado fue enormemente cierto y profético. Los sufrimientos y penas y angustias y traumas siguen siendo y estando, cosa que yo, en mi ingenuidad pensé que con la Transición todo se olvidaría, que habría voluntad de olvido y de reconciliación. Pero me temo que me he equivocado. Han seguido siendo y estando esas heridas y traumas profundos, incluso han ido evolucionando y cambiando en parte, según momentos e intereses.
Con Machado es un ejemplo y es un caso. No hemos superado. Quizás, Machado o los dos Machados, hagamos justicia a ambos, nos dirían, ya dejarnos tranquilos en nuestras cenizas, no sigáis utilizándonos para enervar conciencias, para recordar males pasados y malas pasadas. Olvidar ya esos acontecimientos, como nosotros intentamos superar las tres guerras carlistas del siglo anterior…
No podemos obviar y ser justos, que muchos pasaron y llegaron a la frontera exiliados a pie y andando, que otros llegaron hasta la frontera en ambulancia. Siempre hay diferencias. Si hacemos justicia a todos los corazones, hay que indicar también las diferencias. No podemos entender España, esta Península Ibérica, esta Celtiberia, esta Piel de Toro o esta Tierra de Conejos, sin Antonio Machado, no podemos entenderla sin las genialidades de la cultura, pero también debemos pensar y valorar, a los autores y autoras, que en aquellos tiempos, también batieron el cobre y el hierro y el bronces, que en aquellos tiempos, fueron considerados de segunda o quinta fila, pero que también crearon regimientos de palabras para crear la belleza literaria y la realidad del contenido de la profundidad. Esos autores, que duermen en los anaqueles…
Uno, uno de ellos, es Enrique Diez-Canedo. Empecemos a recuperar nombres y obras, empecemos a recuperarlos con TFG y Tesis doctorales y con trabajos académicos y con artículos periodísticos. Aquí, mi pequeña aportación, independientemente del color de su corazón o de su cerebro o de su alma o de su carne… Démonos la paz a nosotros mismos, cosa que creo Pío Baroja y Unamuno y Ortega y Gasset y Antonio Machado y Lorca y M. Hernández y… agradecerían…
JMM Caminero
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