Tras dos años de espera, el Festival Internacional de Música Folk de Plasencia (Cáceres) regresó anoche en su 25 aniversario cumpliendo con todas las medidas de higiene y seguridad sanitarias. Los 400 asientos estuvieron ocupados en cada concierto de la noche: EnVerea, Xabi Aburruzaga y Gwendal.

El 24 de agosto de 2019, fue la última noche en que la localidad cacereña del norte de Extremadura celebraba su tradicional Festival Internacional de Música Folk de Plasencia. El evento referente en el panorama de la música tradicional nacional e internacional se quedaba a las puertas de celebrar su 25 aniversario, y por fin anoche, cumpliendo con todas las medidas de prevención frente a la Covid-19, de nuevo la música raíz volvió a vibrar en su cuarto de siglo. Los espectadores, procedentes de todas partes de España, se mantuvieron sentados disfrutando de cada concierto en las 400 butacas habilitadas en Torre Lucía, el escenario clásico de esta cita. Los extremeños EnVerea, el vizcaíno Xabi Aburruzaga y los bretones Gwendal, fueron los responsables de arrancar de abrir las veladas de música folk en directo.

Los primeros en subir al escenario y dar comienzo al Festival fueron un grupo de la tierra, EnVerea. Para ellos la cita era muy especial, porque cumplen una década haciendo sonar la tradición extremeña mezclada con melodías de diferentes rincones del planeta. Pero esta vez, la celebración tocaba en casa. Emocionados, arrancaron la noche con temas que todavía no han visto la luz porque estarán incluidos en su siguiente trabajo. La segunda canción de la noche, “Extremeñas”, fue una de sus nuevas interpretaciones y de las más aclamadas. El sentimiento de alegría por sus 10 años en la música fue correspondido por el público.

El siguiente en actuar fue Xabier Aburruzaga, un acordeonista y compositor fiel a su pequeño acordeón, la trikitixa. El músico de Portugalete impresionó con la melodía de este instrumento entremezclada con la de otros más habituales. No estuvo solo en el escenario, junto a sus músicos, una pareja bailó danzas vascas en varias ocasiones. Además, regaló su último disco “Bost” a la persona del público que adivinó el compás de una de sus interpretaciones. De esta forma tan animada, el trikitilari trasladó al auditorio distintas reflexiones correspondientes a una serie de momentos de su vida reflejadas en sus composiciones.

Y para cerrar la noche, se vivió un momento muy esperado en el Festival: el de tener de nuevo sobre el escenario a Gwendal, la misma banda internacional emblemática del folk que inauguró este evento en su primera edición, hace 25 años. Muchas cosas han pasado en este cuarto de siglo, incluida una pandemia mundial, que no han impedido que los bretones regresasen al escenario de Torre Lucía. Además, esta cita suponía un aliciente para los franceses por otro motivo: era su primer concierto celebrado desde enero de 2020. Su reencuentro con el público mereció ofrecerle, antes de irse, sus temas más míticos, despidiéndose con el popular “Iris Jig”. Los asistentes agradecieron el gesto, y aplaudieron el broche de oro a la primera noche del aniversario del Folk Plasencia.

Velada siguiendo las medidas de seguridad higiénico-sanitarias

El evento siguió la normativa de prevención, de higiene y seguridad para prevenir la Covid-19. Por dicho motivo, los asistentes, se mantuvieron sentados durante el desarrollo de cada uno de los tres conciertos. Para ello, habían sido colocadas 400 sillas distanciadas, siempre ocupadas, en las que se ubicaba a la gente agrupada según perteneciesen a la misma unidad familiar o de convivencia. En la entrada, se hizo un control de temperatura a cada una de las personas que accedían al recinto de Torre Lucía, y se dispuso de gel hidroalcohólico para la limpieza y desinfección de manos. Además, durante toda la noche tanto el personal de la organización como la megafonía estuvo recordando de forma constante cada una de las medidas adoptadas.