Valverde de Burguillos, al sur de Badajoz, se convierte este otoño en un espacio para imaginar cómo las tecnologías digitales transforman el mundo rural.

El proyecto, iniciativa de Plataforma MAL, producido por Guirigai y financiado por la Unión Europea Fondos NextGeneration EU y la Consejería de Cultura, Turismo, Jóvenes y Deporte de la Junta de Extremadura a través de las Ayudas para ampliar y diversificar la oferta cultural en áreas no urbanas, invita a seis artistas a trabajar desde la dehesa sobre los efectos de la digitalización, tratando temas como la minería y extracción de energía necesaria para la transición digital; la recuperación de saberes y prácticas artesanas o cómo el teletrabajo y la virtualidad están modificando la forma de vivir en lo rural.

Dirigido por el artista y curador José Iglesias García-Arenal, Ramas comenzó a desarrollarse el pasado septiembre con el investigador y activista ecosocial Lucas Barrero en el encuentro “¿Cómo vivir en una zona de sacrificio?” y se extenderá a través de un programa de charlas, talleres y colaboraciones con artesanos.

Durante este otoño, los artistas Alegría y Piñero, Azahara Cerezo, Daniel de la Barra, Víctor Ruiz Colomer, Jara Rocha y Laura Tabarés desarrollarán procesos de investigación artística desde el territorio en colaboración con diversas comunidades locales.

Uno de los objetivos que plantea Jose Iglesias García-Arenal, curador de Ramas, es trabajar el concepto de “tecnodiversidad” que propone el filósofo Yuk Hui, es decir, la necesidad de pensar múltiples saberes técnicos en vez de un único relato basado en el progreso tecnológico occidental, vinculado al extractivismo y a dinámicas coloniales.

Para ello, los artistas en residencia junto con agentes del territorio colaboran investigando sobre una amplia variedad de cuestiones, desde la recuperación de saberes vinculados a mujeres de entornos rurales históricamente invisibilizadas o los efectos que monocultivos y proyectos industriales tienen en la despoblación.

Ramas es la continuación de los proyectos de residencias artísticas que Plataforma MAL y Guirigai organizan desde hace más de 10 años, generando espacios de creación y agitación cultural en las comarcas del sur Badajoz y fomentando prácticas artísticas comprometidas con el territorio.

Desde 2020, Plataforma MAL se ha enfocado en las consecuencias de la “transición digital” en zonas rurales a través de programas como “Pantalla trémula” o “¿Cómo vivir en una zona de sacrificio?”. Ramas tratará de vincular estas cuestiones con saberes y prácticas técnicas que se han excluido tradicionalmente de los relatos del progreso moderno y que nos pueden ayudar a proteger y vincularnos a los entornos que habitamos.