Nos estamos acercando como pueblo a una situación , que esperemos que no se dé, cada vez más peligrosa. En el tablero de Ucrania se están midiendo fuerzas que podrían desencadenar un estallido nuclear. No estamos libres de esa situación, ni mucho menos , dado que las armas están ahí y están para usarlas en cualquier momento.

El acercamiento de Europa a los intereses de Estados Unidos es sinceramente a todas luces una locura. Estados Unidos siempre se mueve tirando la piedra y escondiendo el brazo. En el momento en que comienza a haber problemas o que ya no domina la situación se presta en retirada.

Si se desencadena una guerra más allá de las fronteras del este no nos salvará ni la OTAN ni ninguna organización de este tipo. Estamos viendo día a día cómo se debilita la fuerza ucraniana en el frente y a nivel interno los casos de corruptelas en el gobierno de Zelensky así como el desánimo y desinterés de su propia población de participar más en la guerra.

Por aquí algunos exaltados en occidente lanzan voces de que se debería enviar soldados europeos a la guerra. O sea , más leña al fuego y que sirva a los intereses de la industria militar. Más dinero que salga de nuestros bolsillos para avivar la guerra. Europa con su participación en esta guerra ha perdido todos los valores y humanidad que presumía dentro de la esfera socio política mundial. Se trata de una sociedad violenta y en caos como otras. Ya no sabe hacia dónde va.

Todos los intentos y promesas acaban en nada. Le valdría más bien comenzar a firmar la paz y a generar una atmósfera de concordia, cultura y bienestar común con las potencias fronterizas.

La salida está en nosotros en el momento en que cada uno comience a aportar algo suyo al mundo sin esperar resultados inmediatos. Exigir a los gobernantes que no haya más violencia, más guerra es una obligación moral nuestra. Por supuesto los gobernantes deberían de promover situaciones de arreglo de conflictos en vez de imponer sanciones que no sirven para nada y enviar muchachos al frente de guerra
para que mueran allí.

Estamos en manos de descerebrados y esto es muy peligroso. Esta carta es un llamamiento a profesionales, organizaciones, personas en general para que manifiesten su deseo por un mundo en paz y que se desactiven las guerras de una vez por todas.

Porque está bien, si, manifestarse por que suban los sueldos, o mejores condiciones económicas o de subsistencia pero es básico luchar para que se desactiven esas armas nucleares o misiles apuntando a nuestras cabezas.

¿Es que el ser humano solo se manifiesta cuando le tocan el bolsillo?

Tendremos que aprender a ver más allá de nuestros intereses personales inmediatos.

JMM Caminero