Si queremos realmente evitar que situaciones de caída de la red eléctrica se sucedan y por supuesto , muchas otras cuestiones deberíamos estudiar qué nos ha llevado a esto.

Existe un sistema muy débil que lo sustenta todo debido a cosas que se han hecho de forma errónea en el pasado tal como vender a trozos la red pública hasta prácticamente convertirla en privada y esto sucede en muchos lugares del mundo.
El reforzamiento hoy de lo público es necesario si se ve la necesidad de que haya unas garantías mínimas de seguridad para todos ya que este tipo de caídas podrían llevar a un desastre mucho mayor en el futuro.
No se puede dejar la energía en manos de los entes privados , señores adinerados o grandes corporaciones porque si algo falla en el sistema ellos no ven la vía urgente de solucionarlo dado que viven en un estatus de máxima seguridad. La energía debe de ser un bien social, protegida en su mayoría por un estado fuerte y decidido.
Debe de existir una recuperación de lo privado pasándolo a lo público o bien que el estado, como garante protector de las mayorías de ciudadanos de un país, proporcione una alternativa pública consistente en cuanto a Energía accesible económicamente para todos, educación para todos, Salud para todos y unas redes digitales que no estén sólo en manos de corporaciones y multinacionales, sino que sean un bien social.
Otro punto muy importante hoy en el mundo que vivimos es el agua. Algo tan básico y vital está cada vez más en manos privadas. Es necesario cambiar esto, es necesario invertir en redes públicas de agua.
El mundo agrícola debería también estar apoyado por un ente público , todo lo privado está bien, pero si no queremos tener conflictos en el futuro, se debería volver a la agricultura y ganadería convirtiendo estas labores tan antiguas en el género homo en puestos de trabajo dignos tales como cooperativas u otro formato. Para llegar a esto primero debería la gente saber, conocer si es posible, cómo funcionan estas cosas y cuál es el sistema que lleva años implantando a espaldas de la propia gente y sin consultar nada.
Y en segundo lugar es la propia población la que no debería de dejar que estas privatizaciones encubiertas que, como la que está ocurriendo hoy en el lado sanitario, se den porque somos nosotros, la mayoría, la gente común las que vamos a sufrir las consecuencias, si no las estamos viviendo ya.
Jesús Antonio Fernández Olmedo